Apure apuesta por producción de carne y lácteos: Surten 300 mil kilos de queso por semana

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Foto: Archivo

Uno de los pilares económicos en cuanto a ganadería en el país es Apure. Una entidad que en 2022 y según había anunciado el gobernador de la entidad para ese entonces, Eduardo Piñate, ocupaba el tercer lugar nacional en producción de carne y contaba, en ese entonces, con unos 2.200.000 cabezas de ganado.

Y es que históricamente se trata de una entidad que ha basado su desarrollo económico en la agricultura y ganadería, haciendo énfasis en la producción pecuaria y surtiendo gran parte del mercado nacional.

De hecho, la producción agrícola tiene cultivos que, en gran parte, son de subsistencia como el maíz, la yuca, el frijol, entre otros. Sin embargo, la producción de carne, leche y quesos ocupa la mayor parte de la actividad económica.

Para septiembre de 2023, en una entrevista radial, Chara Melgarejo, director regional de la Federación Nacional de Ganaderos (Fedenaga), precisó que para esa fecha la producción de carne, leche y queso había mermado hasta en un 30% debido a problemas con el suministro energético y a los constantes apagones en la entidad, lo que impedía, entre otras actividades necesarias, realizar ordeños eléctricos, así como dificultades en el acceso a combustible.

Una situación que se le sumó a los problemas que ya Melgarejo había indicado en medios nacionales: la perdida de ganado debido al contrabando de extracción y abigeato que azotaba la zona en 2022 y que para septiembre de ese año, la cifra indicaba la pérdida de un millón de reses mensuales en los estados Táchira y Apure.

Ahora, en el primer trimestre de 2024, voceros gremiales apuntan a que hay posibilidades de que en la entidad se incremente la producción pecuaria, siempre y cuando se den dos condiciones básicas asociadas a la obtención de recursos económicos y mejoras en infraestructuras.

Producción de ganado: avance a pulmón propio

Aunque han sorteado dificultades, la producción ganadera de Apure se mantiene entre las tres primeras del país. Andrés Colmenares, quien hasta el primer trimestre de 2024 fue presidente de la Asociación de Ganaderos de la entidad (Agapure) indicó que hasta ahora el aporte de los que generan se sitúa entre el 20% y 35% de la producción nacional.

También indicó que, hasta la fecha, hay unos 330 agremiados y que la cifra puede ir en ascenso, ya que los productores buscan acercamiento gremial. En la actualidad, según Colmenares, se enfocan en la producción de lácteos, especialmente de quesos, aportando unos 300 mil kilogramos de queso por semana al mercado nacional.

Sin embargo, hay escollos que superar y el primero de ellos según el gremialista es el acceso a créditos bancarios y financiamiento para insumos e inversión, un aporte que ha mermado en el tiempo y que ha ocasionado que los productores pecuarios trabajen “a pulmón”, es decir, con financiamiento propio.

“Es uno de los sectores que se ha negado a morir”, indicó el expresidente de Agapure, advirtiendo que el gremio sigue lidiando con problemas de infraestructura y servicios, sobre todo en el acceso al combustible que ralentiza las labores del campo y las constantes fallas energéticas que afecta en su totalidad en funcionamiento de los sistemas de bombeo.

El problema eléctrico ha afectado enormemente. El verano ha sido intenso con las olas de calor y se requiere de sistemas de bombeo para el campo”, apuntó el vocero, quien asegura que se puede reflotar la producción si los productores, además de las mejoras en los servicios, tienen acceso a financiamiento e inversión.

Instalación de industrias: un valor agregado

Aunque la economía en Apure se basa en la producción ganadera, Vito Vinceslao, quien fue presidente de la Cámara de Comercio de la entidad y ahora forma parte del consejo asesor del gremio, precisó que la instalación de algunas industrias representa un valor agregado para la economía.

Vinceslao detalló que, además de las empresas productoras de queso, también hay fábricas que producen salsas de tomate, vinagre y licores. “Bien podría decir que eso es parte del valor agregado que tiene nuestro estado y que, por supuesto, genera empleos decentes, con un buen salario digno a sus trabajadores”, explicó.

Sin embargo, advirtió que las limitaciones en el acceso crediticio que tienen empresarios, ganaderos y productores agrarios, tanto por parte de la banca privada como de la pública, han incidido en el desarrollo económico de la entidad.

Otro escollo a solventar, según dijo Vinceslao, es el deterioro en el área comercial de la entidad, el cual descendió desde que inició un proceso de fiscalizaciones desde la administración pública y se acentuó con la pandemia por Covid-19. Aunque el período de pandemia culminó, les ha costado emerger.

“Se afectó tanto, al punto de que muchos comerciantes tuvieron que bajar sus santamarías y en la actualidad, con los bajos salarios que perciben los empleados del sector público, no hay poder adquisitivo y eso, por supuesto, merma la actividad comercial porque los comercios viven prácticamente de lo que consumen estos usuarios”, destacó.

También apuntó que muchos comercios sufrieron “mutaciones”, sobre todo en el sector de venta de alimentos y negocios que se dedicaban a una actividad, tuvieron que diversificarse. El empresario hizo mención a la aparición de los denominados “FoodTruck” que expenden comida rápida y laboran de forma itinerante.

No están en establecimientos comerciales fijos, andan moviéndose de sitio en sitio. Es un tipo de economía subterránea que, a la larga, no le deja nada a la entidad ni al municipio, porque no hay pagos de impuestos, no hay pago de servicios públicos”, enfatizó.

Con información de Banca y Negocios