Conciertos en Venezuela: ¿por qué una entrada cuesta hasta $300 más que en otros países?

1
Foto: Archivo

Durante el año 2023, hubo al menos 61 conciertos y presentaciones de artistas tanto nacionales como internacionales solo en la ciudad de Caracas. Esto representa la mayor actividad musical en el país desde 2013, año en que la producción de shows musicales comenzó a paralizarse.

Estos 61 conciertos equivalen a al menos dos meses repletos de presentaciones diarias en la capital del país. Si se incluyen las presentaciones en el interior del país, la cifra asciende a 104 conciertos. Es decir, más de tres meses ocupados por la agenda cultural.

Esto forma parte de la tendencia al alza que se observa desde 2021, año en que la industria comenzó a experimentar un renacimiento en el país, lo que para 2022 se tradujo en más de 50 conciertos.

Si bien, en comparación a otros países, esta es una cifra total de shows musicales baja, representa un incremento importante en Venezuela, que dejó de ver producciones de gran nivel o tours de artistas internacionales desde hace una década, coincidentemente con el desplome del producto interno bruto (PIB) del país.

No obstante, la reactivación de conciertos en el país ha estado rodeada de controversias. Para algunos, es una muestra del fenómeno «Venezuela se arregló», mientras que otros señalan que los precios de las entradas para los espectáculos son más altos que en el resto de la región y resultan inaccesibles para la mayor parte de la población.

Un análisis hecho por El Interés de las tarifas de las entradas en Venezuela en comparación a otros países de Latinoamérica, revela que el precio promedio para las entradas más baratas es 20% más alto que en los demás países, mientras que en el caso de la categoría VIP o Diamante, el porcentaje de diferencia sube a 60,8%. Es decir, un venezolano puede pagar en promedio hasta 300 dólares más por ir a un concierto que otra persona en Latinoamérica.

Aquí, El Interés cuenta algunas de las razones de este fenómeno y lo que podemos esperar para el 2024.

¿Por qué se reactiva la industria en este momento?

Uno de los primeros eventos musicales que se dieron en Venezuela antes de esta oleada de conciertos fue el Cusica Fest 2019, primera edición de un festival de música independiente que ya ha repetido en 2022 y 2023.

Este festival tuvo lugar entre el 14 y el 15 de diciembre de 2019 y, de acuerdo al sitio web de la productora y empresa musical Cusica, representó la esperanza de que en Venezuela se pudieran hacer eventos para enaltecer la cultura.

María Fernanda Burbano, cofundadora y directora de marketing de Cusica, señala que, a partir del apagón nacional en marzo de 2019 y la subsecuente dolarización de facto que comenzó a ocurrir en el país, vieron la oportunidad de hacer proyecciones para la producción de eventos en dólares. Esto les facilitaba presentar propuestas a los artistas, tanto nacionales como internacionales.

Sin embargo, el empujón inmediato que pudo haber dado el Cusica Fest 2019 se vio frustrado por la pandemia del covid-19, a raíz de la cual se declaró una cuarentena nacional a partir del 13 de marzo de 2020.

«Un año después de la pandemia, las productoras vieron la oportunidad de hacer conciertos. Al hacer una proyección en dólares, obviamente es mucho más fácil poder hablar con un artista que vive afuera que hace vida afuera», indica.

Para el booking de los intérpretes, encargado de reservar las fechas y contrataciones, era más fácil comprender cuánto costaría la producción completa, los honorarios que recibiría el artista y el precio de venta de los boletos que cuando las propuestas se mandaban en bolívares.

La hiperinflación, de la que Venezuela salió oficialmente en diciembre de 2021, dificultaba aún más la estabilidad de las propuestas. «Podías hacer una propuesta en la mañana y ya en la tarde no existía, o sea, era el triple (en bolívares)», explica Burbano.

Desde entonces, parte del trabajo ha sido lograr que Venezuela vuelva a estar en el radar de quienes hacen sus tours por Latinoamérica. «Que la gente desde afuera, entiéndase Colombia, Brasil y Argentina, vea que están pasando cosas en ese ámbito y digan: ‘Cuando hagamos las giras mundiales, podemos pasar por Venezuela’», comenta.

El trabajo de las productoras musicales como Ricardo Daher Producciones, Invershow y OM Producciones desembocó en que en 2023, artistas internacionales como Pablo Alborán, Gloria Trevi y Alejandro Fernández se presentaran en el país.

Precios de las entradas: ¿son más caras en Venezuela?

Una de las principales quejas que se hacen de los conciertos en Venezuela son sobre los precios de las entradas, sobre todo al compararlas con otros países.

Al comparar el precio de las entradas de categoría baja con otros países, específicamente con Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú, se observa que el promedio en Venezuela es de 50,8 dólares, mientras que el promedio en Latinoamérica es de 38,49 dólares. Es decir, el precio mínimo a pagar en Venezuela es 20% más que en el resto de la región.

Para la comparación se tomaron en cuenta los shows de los artistas internacionales más grandes y que han presentado la misma gira en distintos otros países.

Los precios más baratos en el país fueron de 30 dólares para el show Isla Divina de Gloria Trevi y Mañana será bonito de Karol G, quien se presentará el próximo 24 de marzo en el Estadio Monumental Simón Bolívar.

Al comparar los precios de las entradas más costosas para un concierto en Venezuela con el resto de Latinoamérica, la diferencia resulta mucho más grande.

En Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú, el promedio del boleto más caro para un concierto es de 224,29 dólares, siendo el precio más alto 609 dólares para ver a Karol G en Colombia. En Venezuela, el promedio entre las entradas más caras es de $557,8, siendo una de las más costosas la entrada VIP para ver a Luis Miguel, la cual ronda los $1.000. Es decir, en promedio, un venezolano paga $300 más por una entrada VIP que en el resto de la región.

¿Por qué son más caras las entradas en Venezuela?

Esta diferencia de precios está relacionada a una demanda contraída, recintos de conciertos con menor capacidad, la falta de una industria consolidada y otros factores que inciden en que el precio de los boletos para shows musicales sea más elevado que en otros países.

«La producción en Venezuela es mucho más costosa», dice Burbano y señala que el tema de los recintos y la demanda incide en el costo. «No hay tanta gente como para hacer un venue (recinto) de 100.000 personas como en Argentina o Brasil. Eso hace que el costo por entrada sea mucho más alto», explica.

En Venezuela, tampoco hay espacios con capacidad para tantos espectadores como en el resto de la región.

El Estadio Vélez, en Argentina, donde se presentará la artista Karol G en su paso por el país, tiene una capacidad para casi 50.000 personas, mientras que en México se presentará en el Estadio Azteca, con una capacidad para más de 80.000 personas.

En Caracas, se presentará en el estadio Monumental de la Rinconada, el estadio más grande del país, con una capacidad para 38.000 personas. Sin embargo, es el único estadio del país que ofrece este aforo. «Lamentablemente eso hace que se eleve el boleto», agrega Burbano.

Aunado a esto, por lo incipiente de la industria, son pocas las productoras y equipos de trabajo disponibles para el montaje de los eventos, a diferencia de países latinoamericanos como Colombia, en los que hay diferentes equipos y cada productora puede elegir con quiénes trabajar. «Si quieres construir industria, hay que trabajar con lo que tenemos. Mientras más industria se construye, van creciendo los espacios y las empresas que se dedican a esto», expresa.

Sin embargo, Burbano indica que otro de los factores por el que se encarecen las entradas es la oferta de fees (pagos a los artistas) superiores a los establecidos a nivel internacional para ese talento y que ofrecen productoras de otros países.

«Aquí se juega a ofrecer más dinero [al artista] de lo que se le está ofreciendo en otros países. Eso es algo que están viendo a nivel internacional y es algo que pasa aquí nada más. En el resto de países, se respetan las tasas establecidas», explica y agrega que esta oferta puede llegar a ser el doble o el triple de lo que ofrecen las productoras de otros países para traer a los talentos. Aclara también que, en las producciones de Cusica, se rigen por las tarifas internacionales.

Por otra parte, los conciertos no están exentos de impuestos y permisologías, ya que se debe pagar por la logística para el cuerpo de bomberos, permisos para poder vender alcohol en los eventos y la nacionalización de los equipos necesarios para la producción del show, explica Burbano. «Es parte de las proyecciones que se deben hacer y es parte del día a día de la gente que produce eventos», agrega.

La voracidad fiscal, que hace referencia a la desproporción en el cobro de impuestos, es alta en Venezuela. De acuerdo con el economista Asdrúbal Oliveros, director de la firma Ecoanalítica, esta afecta los ingresos de las empresas nacionales entre 50% y 60%.

¿Quiénes van a los conciertos en Venezuela?

La diferencia de precios en los boletos cobra especial relevancia cuando se compara el poder adquisitivo de Venezuela y otros países de la región.

En Venezuela, el promedio de las entradas más baratas es equivalente a casi 17 salarios mínimos, cuyo monto está establecido en 130 bolívares desde marzo de 2022, lo que representa aproximadamente 3,6 dólares.

Este salario es insuficiente para cubrir 1% de la canasta alimentaria básica calculada por la Federación Venezolana de Maestros (FVM), que, para noviembre de 2022, se ubicaba en 522 dólares.

Mientras tanto, en Argentina, un país que ha sufrido una fuerte inflación en el último año, el salario mínimo establecido para diciembre de 2023 fue de 156.000 pesos argentinos, lo que equivale a 152,94 dólares, aproximadamente, de acuerdo a la tasa de dólar blue. Es decir, el promedio del precio de las entradas baratas para la región latinoamericana representa alrededor de 26,4% del total de dicho ingreso.

En un país fronterizo como Colombia, el monto del salario quedó establecido en 1.300.000 pesos colombianos para 2024, o alrededor de 331 dólares mensuales al cambio, y la canasta básica está en 292.650 pesos colombianos, lo que equivale a 74,52 dólares aproximadamente.

Con esto, una persona podría cubrir su alimentación por un mes y comprar una entrada de categoría alta sin gastar todo su ingreso mensual, dejando por fuera otros gastos comunes.

En Venezuela, por su parte, el ingreso promedio de un trabajador, ya sea público, privado o independiente, ronda entre los 113 dólares y los 150 dólares mensuales, de acuerdo con la Encuesta de Condiciones de Vida (Encovi) 2021-2022.

Así, el salario de un mes no sería suficiente para cubrir un tercio de una entrada de alta categoría y, si bien alcanzaría para adquirir una entrada económica, no es suficiente para cubrir la cesta alimentaria básica. Aún menos para poder pagar el precio de escuchar música en vivo.

No obstante, en el país más de un concierto ha llegado a los titulares por haber hecho sold out, o vender todas las entradas. El concierto de Karol G, manejado por OM Producciones, destacó por haber agotado los boletos en su primer día de ventas, lo que llevó a la artista a anunciar una segunda fecha en el país.

Luis Miguel, cuya producción está en manos de Invershow, también agotó 11 de 16 secciones de entradas habilitadas para la venta en menos de 48 horas. Sin embargo, los boletos de 800 y mil dólares no se vendieron con la misma rapidez.

«No todo el mundo tiene para estar gastando en temas de entretenimiento. Es un gasto que, al menos que seas un melómano, la gente no tiene contemplado», reconoce Burbano.

Además, opina que la afluencia a los conciertos ha sido más baja que el año anterior, a pesar de tener una mayor oferta, pero atribuye este fenómeno a una mayor conciencia de en qué deciden gastar su dinero los consumidores. «Este año ha sido más complicado para una persona adquirir un boleto. Ahorita son mucho más selectivos», comenta.

No todos los conciertos se venden con la misma rapidez. A inicios de diciembre, en redes se generó una discusión tras anunciarse que el concierto de la banda sueca de rock The Hives no había conseguido vender la cantidad de entradas esperada, por lo que activaron una promoción de 2×1.

Si bien estos boletos no estaban entre los más caros, distintos usuarios señalaron que no estarían dispuestos a pagar por un artista del que no se consideren fanáticos.

¿Qué se espera para la industria en 2024?

Para el primer trimestre, ya están confirmadas las presentaciones de artistas de la talla de Karol G, Maluma y Luis Miguel, para llenar el Estadio Monumental Simón Bolívar.

Además, la puertorriqueña Kany García se presentará en el Anfiteatro Arena Plaza de Barquisimeto el próximo 13 de marzo y en la terraza del CCCT el 14 de marzo.

La banda colombiana Morat vendrá por tercer año consecutivo, de la mano de AGTE Live Entertainment, con su gira Antes de que amanezca el 29 de junio en el estadio Olímpico de la Universidad Central de Venezuela.

También se han confirmado presentaciones del dúo español Estopa en el Teatro Teresa Carreño el 18 de abril. El cantante español Diego El Cigala ocupará el mismo recinto el 27 de abril.

No obstante, y pese a esta reactivación del sector cultural, la situación económica en el país sigue siendo delicada.

Venezuela cerró el 2023 con una inflación acumulada de 156,57%, en bolívares, de acuerdo con el Observatorio de Gasto Público de la organización Cedice Libertad y sigue estando entre las más altas del mundo.

Para 2024, la firma Econanalítica proyecta un crecimiento del PIB de 10%, si se mantiene la flexibilización de algunas sanciones impuestas por Estados Unidos en materia de gas y petróleo. Este alivio de sanciones se anunció el pasado 18 de octubre de 2023 y está previsto hasta abril, cuando se evaluará si se renovará la flexibilización.

Sin embargo, la firma destaca que aún sería necesario un crecimiento de 360% para alcanzar el tamaño de la economía anterior a la crisis.

De no renovarse el alivio de las sanciones, Ecoanalítica señala que el crecimiento del PIB podría ser de alrededor de 5%, la proyección que tenían inicialmente antes de que se anunciara la flexibilización.

En medio de esta incertidumbre económica, planificar eventos culturales puede ser un desafío.

Sin embargo, para el próximo año, Cusica espera pensar en positivo y alcanzar mayores objetivos, aunque reconocen las dificultades de producir eventos en Venezuela. «Como empresa, queremos ir creciendo y ponernos metas más altas, pero Venezuela es muy volátil y no es tan fácil apuntar a qué va a pasar el próximo año. Si ya es complicado hacer proyecciones para dos meses, imagínate para el año completo», resalta la confundadora de la empresa.

Además, Venezuela continúa siendo el país con el salario mínimo más bajo de toda latinoamérica. No obstante, Burbano resalta que los consumidores se han dado cuenta de su necesidad de entretenimiento y que, si bien no es un servicio de primera necesidad, están más dispuestos a gastar dinero en ello, de manera acorde a su presupuesto.

Por otra parte, en estos dos años, las productoras venezolanas han logrado ganarse la confianza de los equipos de artistas nacionales e internacionales.

«El mundo puede ver que se están haciendo cosas buenas en Venezuela, que está volviéndose a abrir la puerta cultural. Es mucho más sencillo llegar al booking internacional», cuenta y agrega que esto les ha permitido traer a artistas cada vez más grandes, por lo que en 2024 se podrán seguir esperando recintos llenos de música y entretenimiento, por lo menos en la ciudad capital.

En resumen: Cinco claves de la reactivación de conciertos en Venezuela

  • Durante el 2023, en Venezuela hubo al menos 104 conciertos en total, siendo la mayoría en la ciudad de Caracas. Esto representa el año de mayor actividad de eventos musicales en el país en la última década.
  • La dolarización de facto en el país, que se intensificó a partir del apagón nacional ocurrido el 7 de marzo de 2019, permitió a las empresas productoras de conciertos presentar propuestas en dólares a los artistas, lo que facilitó la comprensión para sus equipos.
  • Los venezolanos deben pagar más que el resto de los latinoamericanos por el mismo evento. Los boletos más baratos en Venezuela cuestan 20,62% más que en la región, con un precio promedio de 50,8 dólares, mientras que para adquirir una entrada VIP se debe pagar hasta 60,8% más que en otros países. El precio promedio para estas entradas es de 557,8 dólares frente al promedio de 218,54 dólares en Argentina, Chile, Colombia, Ecuador, México y Perú.
  • La poca capacidad de aforo de los recintos del país y la falta de una industria consolidada se traducen en precios más elevados para las entradas. Sin embargo, otro factor que incide es que algunas productoras de conciertos ofrecen a los artistas pagos mayores a su tarifa establecida internacionalmente para que vengan a Venezuela.
  • Durante estos tres años de reactivación de la industria, Venezuela ha vuelto a estar en el radar de los booking y agentes de talentos musicales. Para 2024, las empresas productoras esperan seguir expandiendo la oferta y traer a artistas cada vez más grandes.

Con información de El Estímulo