Nutrición durante el embarazo: por qué no hay que alimentarse por dos y evitar el sushi

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Foto: Archivo

Para hacer frente a los cambios fisiológicos y hormonales que suceden en el cuerpo de la mujer durante el embarazo, una alimentación saludable y equilibrada garantizará una buena salud tanto de la madre como del bebé en camino.

En ese sentido, las principales dudas en las primeras consultas con el obstetra rondan en torno a qué puede o no puede comer la futura mamá. También le preocupa si puede hacer ejercicio físico y de qué tipo, así como algunas cuestiones relacionadas con la visita a la peluquería y los tratamientos de belleza, según había enumerado en una reciente nota a Infobae el médico obstetra Ignacio Pérez Tomasone (MN 114408).

Pero volviendo a la alimentación, expertos de la Asociación Dietética Británica actualizaron algunas de las recomendaciones más importantes al respecto.

Es que, si bien el tema está siempre vigente, el mes pasado, científicos del King’s College de Londres y la Universidad de Bristol habían informado que una dieta rica en grasas y azúcar durante el embarazo podría alterar el ADN del feto en crecimiento y provocar cambios cerebrales que aumentan el riesgo de trastorno por déficit de atención con hiperactividad (TDAH). Y de allí la importancia de recordar algunas cuestiones elementales sobre qué comer durante el embarazo.

No hay que comer por dos

Las mujeres deben cuidarse de no subir de peso más de lo recomendado en el embarazo (Getty)
Es una de las primeras recomendaciones que aún alguna abuela hace a una reciente embarazada. “Ahora tenés que comer por dos”, aconsejan. Y lo cierto es que se trata de uno de los tantos mitos alrededor del embarazo.

“En realidad, una mujer no debería intentar perder peso mientras está embarazada, pero también es importante no comer demasiado”, comenzó a explicar sobre esto Sian Porter, portavoz de la Asociación Dietética Británica, quien señaló que “el aumento de peso normal para las mujeres es de unos 12 kilos durante el embarazo, pero una parte importante debería provenir del bebé”.

Subir de manera excesiva de peso durante el embarazo, según Mayo Clinic, aumenta el riesgo de complicaciones como preeclampsia y diabetes gestacional, además de que predispone a que el parto se realice por cesárea. El consejo es que las mujeres embarazadas no consuman calorías adicionales hasta el último trimestre, cuando necesitan comer sólo 200 calorías adicionales por día, según las pautas del Instituto Nacional para la Salud y la Excelencia Clínica (NICE, por sus siglas en inglés), un organismo independiente que brinda orientación sanitaria en el Reino Unido.

Pescado sí, pero sushi no

El pescado crudo está desaconsejado en el embarazo (Imagen Ilustrativa Infobae)

Una serie de estudios demostraron que el pescado azul, como el salmón y la caballa, es beneficioso durante el embarazo.

De hecho, un trabajo reciente realizado por la Universidad de Southampton encontró que los niños nacidos de mujeres que comían salmón regularmente durante el embarazo tenían menos probabilidades de desarrollar asma.

Sin embargo, los especialistas británicos aclararon que futuras madres deberían limitar la cantidad de pescado azul a dos raciones por semana, porque contiene contaminantes que pueden perjudicar el desarrollo del feto.

Asimismo, señalaron que “algunos pescados, como el tiburón, el pez espada y el marlín, deben evitarse por completo porque contienen altos niveles de mercurio”.

Durante el embarazo, se deben evitar las carnes crudas o poco cocidas -incluidas carnes curadas-, así como los quesos no pasteurizados y las verduras sin lavar (Efe)

En ese sentido, las directivas sobre que las mujeres embarazadas deben evitar el consumo de sushi son contundentes. Y esto es debido a que el pescado crudo, incluido el salmón, puede contener pequeños parásitos que pueden causar infecciones.

En opinión del portavoz del Real Colegio de Obstetras y Ginecólogos de Londres, Patrick O’Brien, “si en algún momento el pescado ha estado congelado durante al menos 24 horas, entonces el riesgo es mínimo”.

Y si bien reconoció que “la mayoría de los lugares importantes de comida lo congelarán”, señaló que “es posible que no lo declaren, por lo que si la mujer no está segura, no es difícil eliminar este alimento durante el embarazo para evitar problemas”.

Todo bien cocido

Por el riesgo de contraer salmonella, deben extremarse los cuidados tanto al manipular como comer huevo durante el embarazo (Getty)

Al igual que el pescado, los huevos son otro alimento polémico durante la gestación.

Es que, si bien se lo considera un alimento completo y sus componentes son ideales para el embarazo (la clara, en especial, cubre las necesidades de proteínas, la yema contiene hierro), otra vez, el riesgo de no comerlo bien cocido deja expuesta a la mujer a posibles complicaciones.

Sucede que “los pollos y otras aves de corral vivas pueden ser portadores de la bacteria salmonella, y este patógeno se puede propagar de las aves a sus huevos”, según explican desde los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC por su sigla en inglés). “Si se consumen huevos crudos o poco cocidos es posible contraer esta bacteria, por eso siempre se deben manipular y cocinar los huevos de manera adecuada para prevenir enfermedades”, agregaron desde el organismo.

Y debido a que las mujeres embarazadas deben evitar cualquier cosa que conlleve un riesgo de intoxicación alimentaria, la recomendación se extiende a evitar las carnes crudas o poco cocidas —incluidas carnes curadas—, quesos no pasteurizados, ensaladas o verduras sin lavar y pescado y mariscos crudos.

Esto es, según O’Brien “porque la infección, y la consiguiente deshidratación y fiebre, pueden dañar el crecimiento del bebé”.

El 40% de las mujeres consultadas en un reciente estudio dijo que continuaban bebiendo alcohol en el embarazo (DPA)

Qué dicen las investigaciones sobre el consumo de alcohol

Particularmente en las primeras 12 semanas de embarazo, el consumo de alcohol se relacionó con abortos espontáneos y con un mayor riesgo de parto prematuro y bajo peso al nacer, según los expertos británicos.

Y debido a que la investigación sobre los efectos del consumo moderado de alcohol durante el embarazo es limitada y, a menudo, de mala calidad, O’Brien aconseja que directamente no se consuma.

“Debido a que no podemos estar seguros de cuál es el umbral bajo de seguridad, recomendamos que lo mejor sea evitarlo por completo”, destacó.

Sin embargo, una reciente investigación de la Universidad de Dundee mostró que casi la mitad de las mujeres embarazadas siguen bebiendo, a pesar de las claras directrices. Para Julia Brown, del Fetal Alcohol Syndrome Disorder Trust, los hallazgos al respecto son preocupantes.

Con información de Infobae