El barco Open Arms, de la homónima ONG española, viaja con 264 migrantes a bordo tras efectuar 7 rescates a petición de las autoridades italianas, que están coordinando las operaciones de salvamento en el Mediterráneo, donde hay actualmente numerosas embarcaciones precarias con miles de personas en peligro.
«Es evidente que, a pesar de sus esfuerzos, los guardacostas italianos por sí solos son incapaces de llegar a las miles de personas que actualmente se encuentran en el mar, en una situación de grave peligro, teniendo problemas de recursos y aparentemente también en el suministro de electricidad y gasolina», indicó la ONG en un comunicado.
El Open Arms, que está siendo «crucial en estas horas para evitar posibles tragedias», se dirigía hacia el puerto romano de Civitavecchia, que se le había asignado tras haber rescatado ayer a 24 personas, cuando se les pidió ayuda ante la existencia de «muchísimas embarcaciones a la deriva en el mar».
Esta petición de las autoridades italianas resulta inusual, ya que las ONG se han convertido en uno de los blancos de las medidas antiimigración del Gobierno que preside la ultraderechista Giorgia Meloni y que habitualmente les asigna puertos lejanos, en ocasiones a varios días de navegación, y les impide completar más de un rescate en su travesía.
«Tras realizar dos rescates más, las autoridades italianas indicaron otras coordenadas a alcanzar y nuestro remolcador se encontró literalmente rodeado por una docena de embarcaciones de hierro, precarias y en apuros. Así pues, hemos efectuado 7 rescates más y tenemos a bordo en este momento a 264 personas, mientras que todavía hay varios barcos que necesitan nuestra intervención», explicó.
La ONG reiteró «la necesidad de que los buques humanitarios sean lo más operativos como sea posible» y por ello es vital «reasignar los puertos cercanos, de modo que sea posible llegar a la zona de rescate lo antes posible, para proteger vidas y evitar posibles tragedias».
Y recordó que «en la jornada de ayer el Open Arms intentó alcanzar dos embarcaciones a la deriva con unas 100 personas a bordo y había sido detenido por las mismas autoridades que hoy están coordinando», ante «la falta de patrulleras italianas», porque el ‘rescate’ ya lo había llevado a cabo la llamada guardia costera libia».
La ONG pidió una vez más que Libia no sea considerado «un puerto seguro» e insistió en que las devoluciones están prohibidas por la Convención de Ginebra.
Ya, unas horas antes, la tripulación del velero Astral, también de la ONG española, rescató a 67 personas en peligro, incluida una mujer embarazada que se encontraba de parto, y las trasladó a la isla de Lampedusa (sur de Italia), a petición de las autoridades italianas.
El Astral, que habitualmente auxilia a los migrantes en peligro en el mar hasta que son rescatados por una embarcación más adecuada, recibió en este caso indicaciones de llevarlos a la cercana Lampedusa, el territorio italiano más cercano a las costas africanas.
Fuentes de la ONG indicaron a EFE que cuando el Astral llegó a Lampedusa, la mujer no había dado luz todavía y que por ahora desconocen cómo se encuentra.
Según los últimos datos del Ministerio del Interior italiano, en lo que va de año y hasta el 2 de agosto han desembarcado 89.427 migrantes en las costas italianas, más del doble de los 42.198 del mismo periodo del año anterior.
EFE