Un equipo científico ha descubierto en Egipto una nueva especie de ballena extinguida, “Tutcetus rayanensis”, que habitó un antiguo mar hace unos 41 millones de años.
Esta nueva ballena es el basilosaurido más pequeño conocido hasta la fecha y uno de los registros más antiguos de esa familia en África. A pesar de su pequeño tamaño (2,5 metros), Tutcetus ha aportado datos sin precedentes sobre la historia vital, la filogenia y la paleobiogeografía de las primeras ballenas, según el equipo dirigido por investigadores egipcios.
Los “Basilosauridae”, un grupo de ballenas extinguidas, representan una etapa crucial en la evolución de estos animales en su transición de la tierra al mar, explica un comunicado del Centro de Paleontología de Vertebrados de la Universidad de Mansoura, en Egipto.
Desarrollaron características similares a las de los peces, como un cuerpo aerodinámico, una cola fuerte o una aleta caudal, y tenían las últimas extremidades traseras lo suficientemente visibles como para ser reconocidas como “patas”, que no se utilizaban para caminar, sino posiblemente para aparearse.
“Tutcetus rayanensis” se encontró en rocas del Eoceno medio. Su nombre se inspira tanto en la historia egipcia como en el lugar donde se halló.
El nombre del género, Tutcetus, combina “Tut” -en referencia al famoso faraón egipcio Tutankamón- y “cetus”, ballena en griego, para destacar el pequeño tamaño del ejemplar y su condición de subadulto.
El nombre de la especie, rayanensis, hace referencia a la zona protegida de Wadi El-Rayan, en Fayum, donde se encontró el ejemplar, explica el comunicado.
Para Hesham Sallam, director del proyecto, “la evolución de las ballenas de animales terrestres a hermosas criaturas marinas encarna el maravilloso viaje aventurero de la vida”.
“Tutcetus es un descubrimiento extraordinario que documenta una de las primeras fases de la transición a un estilo de vida totalmente acuático que tuvo lugar en ese viaje”.
El ejemplar consiste en un cráneo, mandíbulas, hueso hioides y la vértebra atlas de una ballena basilosaúrida subadulta de pequeño tamaño que está incrustada en un bloque de piedra caliza intensamente compactada.
Con una longitud estimada de 2,5 metros y una masa corporal de aproximadamente 187 kilogramos, Tutcetus es el basilosaúrido más pequeño conocido hasta la fecha, aseguran los investigadores. Los hallazgos se publican en Communications Biology.
Gracias al análisis detallado de sus dientes y huesos mediante tomografía computarizada, el equipo ha podido reconstruir el patrón de crecimiento y desarrollo de esta especie.
Los hallazgos demuestran, además, que los basilosaurios probablemente lograron una rápida expansión por el hemisferio sur, alcanzando altas latitudes a mediados del Eoceno.
Erik Seiffert, de la Universidad del Sur de California y coautor del estudio, señala: “Los yacimientos fósiles del Eoceno del desierto occidental de Egipto han sido durante mucho tiempo los más importantes del mundo para comprender la evolución temprana de los cetáceos y su transición a una existencia totalmente acuática”.
“El descubrimiento de Tutcetus demuestra que esta región aún tiene mucho que contarnos sobre la fascinante historia de la evolución de las ballenas”.
Los detalles de esta ballena se publican una semana después de conocer otra, pero esa vez mucho más grande.
“Perucetus colossus”, una antigua especie hallada en Perú, se cree que es uno de los animales más grandes y pesados de los que se tiene constancia, según el estudio de hace unos días de Nature, que estimó que podría haber tenido una masa corporal de entre 85 y 340 toneladas.
Los cálculos de su tamaño y peso, basados en un esqueleto parcial, rivalizan con los de la ballena azul.
EFE