Al estallar la pandemia del coronavirus, Trad Amr y Abdelaziz Qudah concluyeron que raparse la cabeza era la mejor opción ante el cierre de las peluquerías. La iniciativa comenzó como una broma en las redes sociales, pero tuvo tanto éxito que derivó en el nacimiento del primer «Club de Calvos» de Jordania.
«La creación del Club de Calvos comenzó como una broma, pero cuando vimos que se hizo popular le dimos un objetivo noble», dice a EFE Amr, que explica que la primera misión de esta asociación fue prestar ayuda psicológica y ofrecer un espacio seguro a los afectados por la crisis, siempre y cuando fueran calvos.
A día de hoy, el club cuenta ya con más de 8.000 miembros calvos en Facebook y con varios miles más de simpatizantes cabelludos, de acuerdo con el fundador, que indicó que para obtener una membresía es necesario mandar una fotografía para comprobar el nivel de despoblación capilar del interesado.
Un movimiento solidario
De acuerdo con Amr, el club recibió un gran «apoyo de amigos y conocidos» que también decidieron raparse la cabeza en solidaridad con todos los afectados por la calvicie, y con la idea de que los miembros «se conocieran e intercambiaran experiencias» y se ayudaran entre sí.
La red de conexiones que se creó ayudó a más de 50 calvos a encontrar trabajo, después de que se quedaran en el paro por la pandemia, una hazaña que inspiró a los fundadores para dotar al club de objetivos «más profundos».
Ahora, la asociación está volcada en apoyar a los pacientes de cáncer y «animarlos psicológicamente durante su tratamiento».
La página de Facebook del club, repleta de fotos de jordanos luciendo sus cabezas resplandecientes, quiere mandar un mensaje: «No estáis solos, sois guapos», de acuerdo con Amr.
Asimismo, el club está en proceso de abrir una «Cafetería de Calvos». La idea es vender café por un dinar jordano (unos 1,40 dólares) y destinar el 80 % de la transacción a ayudar a los pacientes de cáncer en el país árabe.
El fervor de los calvos
A principios de agosto, casi un centenar de miembros del club se vieron el pelo por primera vez cerca de Amán, en la que fue considerara la primera «reunión del Club de Calvos», a la que acudieron todos con camisas blancas «para poder reconocerse».
El evento tuvo una gran repercusión a nivel local y regional, algo que Amr asegura que no se esperaba y que, a la vez, le llenó de orgullo.
Y es que la primera reunión sirvió para discutir los próximos pasos del club: obtener una licencia, alquilar una sede, organizar proyectos solidarios y «fomentar la comunicación entre los calvos en las provincias (de Jordania) a través de aplicaciones o de reuniones físicas».
Tanto éxito está teniendo el club que ya son muchos los miembros que han empezado a hacer camisetas, pegatinas para sus coches e incluso banderas con el logotipo de la asociación, que no es ni más ni menos que un hombre calvo.
De acuerdo con Amr, el «plan futuro más importante» del club es abrir diferentes sucursales en Egipto, el Líbano, Palestina y otros países de la región, a petición de una gran cantidad de internautas, y así unir a los calvos de Oriente Medio.
EFE