Ganar la lotería sería para la mayoría de las personas un anhelo para mejorar su calidad de vida y poder darse varios gustos, aunque a veces esto no termina de la mejor manera, como le ocurrió a una mujer estadounidense que vivió una pesadilla tras alzarse con un gran premio.
Este el caso de Tonda Dickerson, quien trabajaba de camarera en Grand Bay, Alabama. En marzo de 1999, un cliente llamado Edward Seward le regaló como propina un billete de lotería. Tres días después, resultó que era el boleto ganador de un bote de 10 millones de dólares (unos 9.500.000 de euros), que con la inflación, hoy equivaldrían a unos 18.900.000 dólares (unos 18 millones de euros).
El problema empezó cuando los compañeros de trabajo de Tonda en el restaurante reclamaron su parte, porque se repartían las propinas. Cuatro camareras la demandaron y un tribunal de Alabama les dio la razón. Meses después, un recurso presentado por Tonda al Tribunal Supremo del estado le dio la razón, pero los problemas para ella no se habían acabado, ni mucho menos.
Primero Edward Seward la demandó diciendo que la camarera le había prometido regalarle un camión nuevo si ganaba el bote, aunque un tribunal dio de nuevo la razón a la joven. Pero lo peor fue cuando el exmarido de Tonda, Stacy Martin, la secuestró y la llevó a un embarcadero en el condado de Jackson, en el norte de Alabama, mientras la apuntaba con una pistola calibre .22.
Pero Tonda, que pensó rápidamente, logró quitarle el arma y dispararle a Martin en el pecho, dejándolo herido y trasladado de urgencia al hospital. Curiosamente, Martin fue acusado de ningún cargo por el incidente.
Tras este rosario de juicios, secuestros y tiroteos, la vida de Tonda fue entrando poco a poco en la normalidad. Tras otros pleitos para saldar deudas de impuestos, la joven pudo conservar la mayor parte de sus ganancias, que compartió con su familia.