Los gatos siameses cambian de color. ¿Cómo lo consiguen?

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Con 73 razas de gatos reconocidas por la Asociación Internacional de Gatos, puede resultar difícil distinguir un Ragdoll de un Ragamuffin. Sin embargo, la mayoría de nosotros podemos distinguir un siamés.

Esa es una de las razas más fácilmente reconocibles del mundo. Se conoce por sus antifaces, calcetines y cola oscuros que destacan sobre su cuerpo color crema y sus brillantes ojos azules.

Estos puntos característicos se deben a una mutación genética conocida como gen del Himalaya, que se descubrió en la raza en 2005. Este gen recesivo, transmitido por ambos progenitores, también confiere a los felinos un pelaje sensible a la temperatura que puede cambiar de color.

En el útero, los gatos siameses se desarrollan a unos 38 grados Celsius, la temperatura normal de un gato. Una vez nacidos, estos pequeños animales completamente blancos empiezan a enfriarse en las extremidades (como la cola, las patas, las orejas y la cara).

Estas temperaturas más bajas hacen que el gen himalayo active la melanina del cuerpo, un pigmento que también se encuentra en las personas. Por eso, los cuerpos más calientes de un gato siamés siguen siendo claros, pero sus partes más frías se oscurecen a medida que maduran.

“Puedes ver cómo cambian”, asegura Betsy Arnold, veterinaria que dirige una clínica exclusiva para gatos en Rochester, Nueva York, y que empezó a criar siameses cuando era adolescente.

A las dos semanas de vida, continúa la especialista, las tonalidades oscuras empiezan a extenderse a sus extremidades. Cumplido el mes de vida, aparece su color definitivo, que puede ser una de numerosas variedades. Entre ellas, el blue point, el lilac point, el chocolate point y el seal point, que tiene un pelaje claro, de color crema, con matices marrón oscuro en las patas, la cola, la nariz y las orejas.

Una variación del seal point, el siamés chocolate point, tiene el mismo cuerpo de color crema ...

Una variación del seal point, el siamés chocolate point, tiene el mismo cuerpo de color crema con toques de marrón claro.

Los gatos siameses lilac point tienen los colores más pálidos de su raza, con orejas, nariz ...

Los gatos siameses lilac point tienen los colores más pálidos de su raza, con orejas, nariz y cola de color gris rosado.

Los siameses red point lucen toques de marrón rojizo o anaranjado.

Los siameses red point lucen toques de marrón rojizo o anaranjado.

Una influencia para toda la vida

La mutación himalaya se da de forma natural en gatos domésticos del sur de Asia, explica Leslie Lyons, genetista felina de la Universidad de Missouri, quien identificó por primera vez la mutación en gatos siameses.

Con el tiempo, la cría selectiva de gatos con un llamativo color pálido y puntos oscuros transmitió el gen a distintas razas, como siameses, ragdolls y birmanos. Las razas mixtas también pueden ser portadoras de la mutación genética.

Los vibrantes ojos azules de estos gatos también se deben al gen himalayo, que influye en el pigmento de sus ojos.

La mutación himalaya hace que el pelaje se oscurezca a medida que el felino envejece, aunque cualquier tipo de traumatismo o cambio en el pelaje puede alterar sus tonalidades.

Si un gato siamés se somete a una intervención quirúrgica, por ejemplo, una zona del pelaje que haya sido afeitada puede volver a oscurecerse porque la zona afectada está más fría mientras el pelo crece. Con el tiempo, el pelaje puede volver a ser más claro, aclara Arnold.

En los años 1920, a un gato siamés que vivía en Moscú y llevaba una chaqueta sobre un hombro afeitado le volvió a crecer el pelo blanco, ya que esa zona se mantenía más caliente. Más tarde, el pelaje volvió a oscurecerse, refiere la Universidad de Alaska.

Preocupación por la salud

Muchas otras especies tienen el gen del Himalaya, incluidos los conejos del Himalaya, advierte Lyons.

Las ratas domésticas, los jerbos con puntas de color y los visones americanos también pueden ser portadores de la mutación. En 2021, la revista Gene informó de un perro salchicha con una mutación diferente en el mismo gen del Himalaya que producía una coloración de tipo siamés, algo poco frecuente en los perros, comenta Lyons.

“Cada especie tiene su propia mutación en el mismo gen, pero luego se han criado para tener la coloración específica”, explica.

Aunque la mutación de estos animales domésticos no presenta ninguna ventaja ni desventaja, Lyons aclara que “también conlleva algunos problemas de salud”, como los oculares.

Los siameses suelen tener los ojos desalineados, también llamado estrabismo, lo que puede comprometer su visión, así como la percepción de la profundidad.

Incluso si los ojos del gato están alineados, el animal puede sufrir nistagmo o temblor ocular, una afección en la que los ojos a veces se mueven ligeramente de un lado a otro con movimientos repetitivos e incontrolados que pueden causar problemas de visión o incluso de equilibrio, advierte Arnold. Aunque aclara que no ha visto esta afección en su clínica.

Tanto Lyons como Arnold recomiendan a los propietarios que adquieran sus siameses de criadores acreditados o que los adopten de una protectora. Sea cual sea su procedencia, ambas expertas coinciden en que estos felinos enmascarados enamoran a cualquiera.

NatGeo