Un barco que viajó desde Bolivia hasta el puerto de Nueva Palmira (Colonia) llevaba una anaconda de tres metros y 20 centímetros, que fue capturada al llegar a Uruguay. Era una embarcación de tipo remolcadora y esos traslados por el Río Paraná hasta la costa uruguaya se han vuelto habituales. De hecho, fue la sexta víbora que se capturó en los últimos meses, pero esta tenía una particularidad: fue la más grande de todas.
Una vez capturado el animal, la ONG Alternatus Uruguay, un centro educativo de cría y rescate de reptiles, comenzó a actuar. La organización se encargó de tramitar los permisos ante el Ministerio de Ambiente y del Interior para trasladar el animal hacia las instalaciones, cuidarlo y encargarse de su “bienestar hasta el día de su liberación”.
En las redes sociales, la organización informó que se trataba de una anaconda amarilla (eunectes notaeus, técnicamente) y aclaró que no es una especie agresiva para los humanos a pesar de su “importante tamaño”.
“Aunque su apariencia imponente puede generar miedo, las anacondas son animales temerosos de nosotros y, en gran medida, inofensivas”, tranquilizaron en un posteo en Instagram. La dieta de estos animales consiste en presas como roedores, aves, peces y otros reptiles y no ven a los humanos como una fuente de alimento.
Con información de La Patilla