Cerca de 350.000 niños se encuentran en riesgo directo de ser asesinados, heridos o desplazados en la ciudad sudanesa de Wad Madani, al sur de Jartum, como consecuencia de los combates entre el Ejército y el grupo paramilitar Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), alertó hoy Save the Children.
«Es caos y matanza en Sudán. Unos 350.000 niños en Wad Madani (muchos de los cuales ya huyeron de las bombas y las balas y llegaron a la ciudad con sus familias en busca de seguridad) han encontrado que su refugio se ha convertido en un nuevo centro de inseguridad», dijo el director nacional de la organización en un comunicado.
En la nota, remarcó que «los niños tienen miedo de ser secuestrados, violados y reclutados por grupos armados» al tiempo que «están viendo cosas que ningún niño debería ver jamás» como resultado de los combates entre ambos bandos, que «se calmaron de la noche a la mañana» tras la retirada del Ejército después de la captura de la ciudad por parte de los paramilitares hace dos días.
Los enfrentamientos que empezaron el pasado viernes causaron más de 300 muertos, entre los que se incluyen tres sanitarios, de acuerdo con el Sindicato Médico de Sudán, que recogió el testimonio de médicos que describieron la situación sanitaria en la ciudad como catastrófica, «ya que los heridos no pueden acceder a atención médica por el cierre de hospitales y la violencia en curso».
La población de Wad Madani ya había aumentado a 700.000 personas, según la ONU, incluidas 500.000 que habían llegado recientemente después de haber sido desplazadas por la violencia en otras partes del país.
Save the Children lamentó también que la respuesta humanitaria quedara paralizada en esta ciudad que había servido como centro de operaciones humanitarias desde que estallaron los combates en abril de este año, incluido el almacenamiento de grandes existencias de suministros dedicados a la respuesta en el estado.
Ante esta situación, la entidad recordó que se trata de «una crisis internacional» que «necesita atención y apoyo internacional urgente para encontrar una solución pacífica y brindar ayuda a quienes la necesitan desesperadamente».
El conflicto armado en Sudán estalló a mediados del pasado mes de abril por las tensiones sobre la reforma del Ejército y la integración de los paramilitares en las fuerzas regulares, en medio un proceso político para encauzar de nuevo al país en la senda democrática tras el golpe de Estado de 2021.
La guerra ha causado ya alrededor de 12.000 muertos, más de 7 millones de refugiados y desplazados, además de una catástrofe humanitaria en el país.
Con información de EFE