El temporal de frío, hielo y nieve que estos días castiga a buena parte de Europa ha dejado problemas en la circulación y en el transporte aéreo, con el aeropuerto de Fráncfort, el principal de Alemania, a medio gas, después de que ayer paralizara temporalmente todas sus operaciones.
Un temporal que tiene en alerta a decenas de miles de europeos: 25 departamentos de Francia, una docena de regiones de España, la mayor parte de Bélgica, a excepción de la costa, y Luxemburgo, entre otros lugares.
La nieve que ha caído en el norte de Francia, en particular en la noche del miércoles al jueves, ha provocado cientos de kilómetros de atascos, problemas de circulación y la suspensión de muchos transportes públicos.
Se han contabilizado más de 1.100 kilómetros de retenciones acumulados en todo el país, según el organismo de vigilancia del tráfico Bison Futé, y eso significa mucho más de lo habitual, en gran parte por el mal tiempo.
Las precipitaciones de nieve en las últimas horas se han producido en las regiones de Normandía, Ile-de-France, Hauts-de-France y Champagne-Ardenne, y durante el día van a desplazarse por el noreste hasta Alsacia, en la frontera alemana.
Météo France explicó en su página web que se habían acumulado entre 2 y 10 centímetros de forma general, y hasta una quincena localmente. En la región de París hay entre uno y cuatro centímetros, y la empresa RATP que gestiona el transporte metropolitano interrumpió a primera hora de la mañana la circulación de autobuses, aunque se reanudó progresivamente.
También se ha restringido la circulación de camiones y se ha anulado el transporte escolar en otros muchos departamentos del norte de Francia.
El aeropuerto alemán de Fráncfort, por su parte, retomó hoy la actividad, aunque con numerosas cancelaciones, tras tener que paralizar temporalmente el miércoles todas sus operaciones debido al hielo y a las fuertes nevadas en país.
Según una portavoz del gestor aeroportuario Fraport, citada por los medios, más de 300 de los 1.000 vuelos previstos para hoy en Fráncfort han tenido que ser cancelados.
Bélgica y Luxemburgo continúan este jueves en alerta por las condiciones meteorológicas adversas, con nieve, granizo y hielo en la mayor parte de sus territorios, lo que ha llevado a las autoridades de ambos países a declarar la alerta amarilla.
Las heladas nocturnas se generalizarán en el interior del país, por lo que también “habrá que estar atentos” a la formación de placas de hielo o de nieve dura, señaló el instituto meteorológico belga.
Condiciones climáticas que podrían derivar en retrasos y cancelaciones en la circulación de los trenes en Bélgica, que funcionan con más dificultades de lo habitual, sobre todo en los trayectos Namur-Bruselas y Mons-Bruselas.
En Luxemburgo, el mal tiempo también ha paralizado el tráfico y ha afectado en especial a los tranvías y los autobuses de la capital, según informó el medio local Luxemburguer Wort, mientras que los trenes solo han sufrido cancelaciones o retrasos puntuales.
Además, el temporal ha provocado varios accidentes de tráfico en el país a lo largo de esta mañana, así como alertas de peligro por varios camiones atascados en las carreteras, cuya velocidad máxima ha quedado limitada a los 50 kilómetros por hora.
La borrasca Irene pierde fuerza en España, aunque todavía se mantiene el aviso en doce regiones por fenómenos costeros adversos o por fuertes rachas de viento, que oscilarán entre los 70 y 90 kilómetros por hora, informa la Agencia Estatal de Meteorología (Aemet) en su web.
Y mientras se espera la llegada de una nueva borrasca, que volverá a activar las alertas en varias provincias españolas por lluvias, casi una veintena de ríos del centro del país están ya en riesgo de desbordamiento.
Con información de EFE