El secretario de Estado de EE.UU., Antony Blinken, aseguró en Luanda que su país seguirá apoyando la construcción de una red de ferrocarril que pretende unir las minas de Zambia y el sur de la República Democrática del Congo (RDC), ricas en cobalto, con el puerto angoleño de Lobito, en el Atlántico.
«Una de las demostraciones más exitosas y dinámicas de nuestra relación dinámica con Angola es nuestro trabajo para ampliar el importarte corredor de Lobito, que une Angola, Zambia y la RDC», afirmó Blinken en la capital angoleña, donde se reunió con el presidente del país, João Lourenço, en el marco de su gira africana.
«EE.UU. ha comprometido fondos para renovar la línea ferroviaria atlántica existente de 1.300 kilómetros del corredor de Lobito y hemos dado los primeros pasos para construir 800 kilómetros adicionales», añadió el jefe de la diplomacia estadounidense en una rueda de prensa conjunta con el ministro de Exteriores de Angola, Téte António.
Blinken también señaló que el corredor de Lobito «tiene un potencial transformador para esta nación (Angola), esta región e incluso diría que para el mundo», pues estimulará inversiones en «sectores subdesarrollados» como las telecomunicaciones o la agricultura y conectará más eficazmente a Angola y sus vecinos con los mercados globales.
Además, remarcó, «asegurará las cadenas de suministro de minerales que son esenciales para el futuro económico de todos nuestros países».
Por su parte, António también celebró las inversiones en el corredor de Lobito, que situarán a Angola como «un destino crucial» y «un país estratégico bien ubicado».
El corredor mejorará la «integración regional y por lo tanto crear un mercado más grande, además de materializar la ambición de tener los dos océanos del continente conectados entre sí», añadió el ministro de Exteriores angoleño.
Este proyecto busca conectar mejor las minas de Zambia y el sur de la RDC, donde están algunas de las mayores reservas de cobalto y cobre de todo el mundo, con el océano Atlántico.
Esos minerales son imprescindibles para fabricar las baterías de los coches eléctricos, entre otros productos.
Con sus inversiones en este corredor, EE.UU. también quiere contrarrestar la influencia que China le ha arrebatado en África, después de que el gigante asiático se convirtiese en el principal socio comercial del continente, donde Pekín ha respaldado la construcciones de numerosas obras de infraestructura.
Angola es la última escala de una gira que ha llevado esta semana a Blinken a Cabo Verde, Costa de Marfil y Nigeria, en una nueva demostración del creciente interés de Washington por disputar a China su pujanza en África.
El titular estadounidense de Exteriores destacó en esta gira las inversiones de Estados Unidos en el continente para mejorar la infraestructura, impulsar el comercio y crear empleos.
También promovió alianzas de seguridad basadas en valores compartidos como la democracia.
El pasado martes, el secretario de Estado prometió en Costa de Marfil 45 millones de dólares adicionales para apoyar los esfuerzos de los países de la región para proteger la costa del oeste de África ante la expansión regional de grupos yihadistas.
Ese mismo día, Blinken aseguró a Nigeria que Washington quiere continuar siendo un «socio fuerte» de este país en su lucha antiterrorista.
El presidente estadounidense, Joe Biden, ha colocado la relación con los países africanos como una de sus prioridades en política exterior y, dado ese interés, Washington albergó en diciembre de 2022 la Cumbre EE.UU.-África.
En los últimos tres años, Blinken ha emprendido varias giras por el continente que le llevaron a países como Kenia, Nigeria, Senegal, Sudáfrica, República Democrática del Congo, Ruanda, Etiopía y Níger.
Con información de EFE