Venezuela instó a Guyana a rechazar la interferencia de terceros en la disputa por el Esequibo, tras una reunión de sus ministros de Exteriores en Brasilia para abordar la crisis sobre este territorio rico en petróleo.
«Rechacemos de plano la posibilidad de que terceras partes puedan interferir o puedan beneficiarse de una eventual discusión o una eventual controversia entre Guyana y Venezuela», dijo el canciller venezolano, Yván Gil, al finalizar el encuentro con su par guyanés, Hugh Hilton Todd.
Las tensiones entre ambos países, que despertaron el temor de un conflicto armado en la región, se recrudecieron a finales de 2023 con la llegada de un buque de guerra británico a aguas guyanesas.
Venezuela vio esa maniobra como una provocación y movilizó más de 5.600 hombres en ejercicios militares cerca del límite en disputa.
Una reunión el 9 de enero del presidente guyanés, Irfaan Ali, con el subsecretario adjunto de Defensa de Estados Unidos para el Hemisferio Occidental, Daniel Erikson, en Georgetown, tampoco cayó bien en Caracas.
El gobierno de Nicolás Maduro acusó a sus vecinos de actuar «bajo el mandato de los gringos».
Maduro y Ali se habían visto las caras el 14 de diciembre en la isla caribeña de San Vicente y las Granadinas, en un primer intento de bajar la crispación.
Hoja de ruta
Gil subrayó este jueves la importancia de diseñar «una hoja de ruta» para alcanzar una solución diplomática e instó a Guyana a «reafirmar que ninguna de las partes recurrirá a menciones de amenazas ni invocación del uso de la fuerza».
Fue «una discusión muy franca, muy abierta, sin limitaciones», señaló tras el encuentro, en el que participó también el canciller de Brasil, Mauro Vieira.
Fuentes de Itamaraty dijeron a AFP que la reunión «sirvió para que las partes mostraran sus divergencias; la principal, que Guyana quiere una solución vía Corte Internacional de Justicia y Venezuela no reconoce la Corte».
En la CIJ
Este nuevo acercamiento diplomático permitió a Caracas y Georgetown reafirmar su compromiso de buscar una solución mutuamente satisfactoria.
No obstante, las posturas de ambos países se mantienen inamovibles.
Venezuela sostiene que el Esequibo, una región de 160.000 km2 rica en recursos naturales y bajo administración de Guyana, forma parte de su territorio desde que era colonia de España.
Para resolver la controversia, apela al acuerdo de Ginebra, firmado en 1966, antes de la independencia de Guyana del Reino Unido, que sentaba bases para una solución negociada y anulaba un laudo de 1899.
Ese laudo fijó las fronteras que Georgetown pide a la Corte Internacional de Justicia (CIJ) que ratifique.
En Brasilia, el gobierno guyanés apuntó a la búsqueda de una solución «pacífica».
No obstante, el canciller Hilton Todd insistió en su compromiso con «el proceso que permitirá a la CIJ deliberar sobre el caso y dictar una sentencia».
Riqueza en juego
El litigio del Esequibo es centenario, pero en 2015 la petrolera estadounidense ExxonMobil descubrió grandes yacimientos de crudo en la zona en reclamación.
El diferendo recrudeció después de que Guyana otorgara licitaciones a empresas extranjeras y locales para la explotación de estos yacimientos.
En respuesta, Venezuela convocó un referéndum sobre la soberanía de la zona el 3 de diciembre, que impulsó la creación de un estado formal en ese territorio, visto por Georgetown como un intento de anexión.
Maduro creó incluso una zona militar para esta zona de 125.000 habitantes, presente en el saludo oficial castrense: «El sol de Venezuela nace en el Esequibo».
Gil subrayó el jueves que la hoja de ruta debe permitir abordar una eventual «disposición unilateral en aguas marinas por delimitar».
Para Iván Rojas, internacionalista venezolano, el encuentro del jueves estaba destinado a mantener el «diálogo abierto», sin atender negociaciones de fondo.
Georgetown insiste en que estas reuniones no abordarán la disputa territorial, que deja en manos de la CIJ.
Con información de Banca y Negocios