En el cuarto aniversario del Brexit un grupo irreductible de británicos que sueñan con volver a la Unión Europea, algunos llegados de España, se manifestaron este miércoles ante el Parlamento de Londres con una promesa: «No nos rendiremos».
Enarbolando banderas comunitarias y británicas, con pancartas contra el Partido Conservador -que en 2016 convocó el referéndum que llevó a la salida- y megáfonos, los activistas clamaron una vez más que, aunque la clase política trate de pasar página, ellos no olvidan.
Su protesta frente al campanario del Big Ben coincidió con la entrada en vigor hoy, tras varios aplazamientos, de los controles fronterizos que ahora aplicará el Reino Unido a las importaciones desde la UE. Según los manifestantes, otro recordatorio del desastre económico que supuso el divorcio de Bruselas.
La voz de la resistencia
Helen Johnston, tesorera de la agrupación Bremain in Spain, explicó a EFE que, pese a la aparente desidia de los diputados en la Cámara de los Comunes (baja), ellos no piensan tirar la toalla.
«Hace 40 años, los (políticos) que estaban en contra de la UE empezaron con sus campañas y tardaron esos 40 años en conseguir sus objetivos. Si nosotros decimos: ‘Me rindo, no puedo más’ ¿quién seguirá luchando?», dice a EFE en lengua española esta inglesa de Leicester, que ahora vive en Benicarló.
De cara a los comicios generales de este año en el Reino Unido, ninguno de los grandes partidos nacionales -Conservador, Laborista y Liberal Demócrata- propone regresar al bloque comunitario y se esfuerzan por eludir un debate que temen les reste votos.
«En este año de elecciones, no pueden decir en voz alta que están a favor de volver a la UE. Pero no son estúpidos, ellos saben que estamos mejor en Europa, por la economía, por la seguridad, por el medio ambiente, por todas las oportunidades de la libertad de movimiento», afirmó la también secretaria de Grassroots for Europe.
«La gente es consciente de todo esto, pero no están preparados para dar el próximo paso. Nosotros aquí, con nuestras banderas y protestas, somos la voz que dice constantemente: ‘Hay británicos que sí quieren volver, estamos aquí, no vamos a desaparecer», declaró.
El legado de Boris Johnson
Al igual que ella, el conocido activista Steve Bray, a quien se ve casi a diario, desde 2017, frente al Parlamento londinense protestando contra el Brexit con un sombrero de copa y un altavoz, descarta que el camino hacia adelante sea un nuevo referéndum.
«Lo que quiero es que el Gobierno coja el toro por los cuernos y tome la decisión de hacer lo mejor para el Reino Unido y para Europa. Y eso significa que estemos en el mercado único, en la unión aduanera y con libertad de movimiento», dijo a EFE.
Bray, que financia sus viajes desde Gales con fondos recabados por internet, considera «repugnante» que los políticos, incluidos los previamente proeuropeos laboristas y liberaldemócratas, eviten a toda costa abordar el Brexit.
Pese a ello, espera poder dejar de manifestarse si el laborismo de Keir Starmer -antiguo partidario de un segundo plebiscito- gana las elecciones previstas para después del verano y aboga por un acercamiento al bloque comunitario.
Mientras ‘la resistencia’ hacía ruido en la calle, en la red social X el ex primer ministro británico Boris Johnson, que en 2019 negoció el acuerdo de salida de la UE, defendía su legado.
«Cuatro años después del Brexit, celebramos la restauración del poder democrático de este país para elaborar sus propias leyes y normas», escribió.
«Debemos conservar el apetito y el coraje para alejarnos del modelo europeo de bajo crecimiento y alta regulación», agregó.
Johnson pidió evitar volver a fórmulas de gestión de las relaciones comerciales que utilicen «preocupaciones artificiales sobre la frontera entre Irlanda del Norte e Irlanda» (que debe ser invisible para preservar el Acuerdo de Paz de 1998) como pretexto para mantener al Reino Unido alineado con las normas comunitarias.
Con información de EFE