¿Se puede acelerar o frenar la maduración de la fruta?

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Foto: Archivo

Cuando llegamos a casa después de comprar fruta, es común encontrarnos con que algunos productos están demasiado verdes para ser consumidos, mientras que otros están demasiado maduros. ¿Quién no ha experimentado esta situación? Surge entonces la pregunta: ¿existe alguna manera de acelerar la maduración de la fruta demasiado verde o de retardarla en el caso de los productos demasiado maduros para que duren un poco más antes de estropearse?

La respuesta a esta pregunta no es tan simple como un «sí» o un «no», sino más bien un «depende».

Desde el punto de vista botánico, los frutos se clasifican en dos tipos según su forma de maduración: climatéricos y no climatéricos. Los frutos climatéricos experimentan dos fases de desarrollo: primero crecen hasta alcanzar su tamaño máximo y luego comienzan a madurar. Por otro lado, los frutos no climatéricos maduran a medida que crecen y alcanzan su punto óptimo de madurez cuando han alcanzado su tamaño máximo.

En el caso de los frutos climatéricos, la producción de etileno, una hormona vegetal volátil, se dispara cuando el fruto alcanza su tamaño máximo, lo que coordina el proceso de maduración. Esto significa que la maduración de los frutos climatéricos es un proceso autónomo y no depende de la planta. Algunos ejemplos de frutos climatéricos son el tomate, la manzana, el melocotón y el plátano.

En cambio, en los frutos no climatéricos, la maduración no está asociada al etileno, sino que ocurre simultáneamente con el desarrollo del fruto. Algunos ejemplos de frutos no climatéricos son los cítricos, la uva, la cereza, la piña y el pimiento.

Aunque los frutos no climatéricos no producen etileno, muchos de ellos tienen receptores de esta hormona, lo que significa que su maduración puede reanudarse en presencia de etileno. Por lo tanto, no es recomendable almacenar frutos climatéricos junto con frutos no climatéricos.

Para controlar la maduración de la fruta, es importante tener en cuenta estas diferencias entre los frutos climatéricos y no climatéricos. Por ejemplo, las frutas no climatéricas mantendrán su punto de maduración desde que son recolectadas hasta que llegan a la mesa, mientras que las frutas climatéricas continuarán madurando y pueden estropearse más rápidamente.

Para frenar la maduración de la fruta climatérica, se puede evitar la presencia de etileno almacenando la fruta en un lugar bien ventilado. Por otro lado, para acelerar la maduración de la fruta, se pueden almacenar junto con otras frutas climatéricas que producen grandes cantidades de etileno, como el plátano, el tomate y la manzana.

Con información de Muy Interesante