Mantener la costumbre de abstenerse de consumir carne roja en Semana Santa se hace cuesta arriba, sobre todo en Venezuela, donde más allá de los actos de fe se antepone el costo económico. Si bien una persona podría costear el precio de un kilo de pescado, el problema radica cuando se debe alimentar a toda una familia.
Actualmente, el precio de un kilo de carite cuesta entre 4 y 5 dólares, según pudo constatar el equipo de El Diario durante un recorrido realizado por diversos mercados populares de Caracas.
Una familia necesitaría al menos un kilo y medio de pescado (10 ruedas) para cuatro integrantes. El gasto sería de aproximadamente de 6 dólares por día, si la persona acude a un mercado popular. A esto se le debe sumar el precio del aceite y los acompañantes como arroz, yuca o arepas de harina de maíz (6 dólares). En total, sería una inversión aproximada de 12 dólares para cumplir con la tradición cristiana.
En las pescaderías y cadenas de supermercados que comercializan este alimento, el costo es ligeramente mayor. Un kilo de carite puede llegar a costar más de 7 dólares. Si se agregan los gastos de los acompañantes y el aceite (6 dólares), la persona necesitaría al menos 13 dólares para la compra de todos los alimentos para un solo día de consumo.
La tradición dictamina que los feligreses deben abstenerse de consumir carnes rojas durante la Semana Santa para honrar los cuarenta días que Jesucristo pasó en el desierto en abstinencia. Pero cumplir con la costumbre de comer pescado representa un costo que pocas personas pueden seguir. El sueldo mínimo para marzo de 2024 es de 130 bolívares, lo que equivale a $3,6, de acuerdo con la tasa de cambio oficial del Banco Central de Venezuela (BCV).
Cuando son pocas las opciones económicas
En la búsqueda de alternativas de pescados a bajo costo, las sardinas son una elección popular. Sin embargo, durante el recorrido realizado por el equipo de El Diario se constató que, debido a la temporada, las sardinas no están disponibles en el mercado.
Ante esta situación, hay otras alternativas asequibles, como la mojarra de mar y de río, cuyo precio por kilo es de aproximadamente 100 bolívares o 2,76 dólares.
El corocoro también es otra opción con un costo de 2 dólares si se adquiere en un mercado popular. Estas variedades de pescado ayudan a cumplir la continuidad de tradiciones cristianas para algunos feligreses. Sin embargo, para muchos ciudadanos, especialmente aquellos desempleados o con gastos médicos e incluso aquellos que dependen únicamente de pensiones o bonos del carnet de la patria, que no superan los 3 dólares, seguir estas tradiciones puede resultar imposible.
Una investigación de campo realizada por el Observatorio de Gasto Público de Cedice Libertad, publicada en febrero de 2024, reveló que los venezolanos destinan alrededor de 60 dólares al mes para cubrir servicios públicos esenciales, a pesar de su baja calidad y cobertura limitada en todo el país. Esta cifra, significativamente mayor que el salario mínimo, refleja las dificultades económicas que enfrentan muchas familias en el país.
“Semana Santa ya no es como antes”
En el mercado municipal de Chacao, tanto los consumidores como los comerciantes han notado cambios significativos en la celebración de Semana Santa en comparación con años anteriores.
Aunque los precios en los establecimientos tratan de mantenerse competitivos para estimular las ventas, son los dueños de las pescaderías quienes afirman que ya no es una temporada tan lucrativa como solía ser.
Un encargado de uno de los negocios, quien prefirió mantener su nombre bajo anonimato, mencionó que la demanda no es tan alta como en años anteriores y que lo que más se vende son las especies de pescado más económicas.
Además, el empleado explicó que los costos asociados al transporte de la mercancía y al alquiler del establecimiento reducen considerablemente los márgenes de ganancia.
Elba Carrozo, quien trabaja como encargada de un local comercial en el área de pescadería, compartió su perspectiva sobre las ventas durante la temporada. A su juicio, el volumen de ventas ha disminuido considerablemente. A pesar de esto, Carrozo se muestra optimista y espera que el nivel de consumo mejore en los próximos días conforme avance la Semana Santa.
Al hablar sobre los factores que contribuyen a la caída de las ventas, Carrozo atribuye esta situación a factores como la situación económica del país y los cambios en los hábitos de consumo de la población. Por lo tanto, esta situación refleja una transformación en las dinámicas comerciales y de consumo durante la Semana Santa, cuando tanto consumidores como comerciantes se adaptan a una nueva realidad económica y de demanda.
Con información de El Diario