Monagas un estado petrolero que diversifica su economía para salir de la crisis

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Foto: Archivo

Aunque la principal actividad económica del estado Monagas estuvo centrada en el petróleo, ya que la entidad forma parte de la Faja Petrolífera del Orinoco, la ganadería y agricultura han representado tradicionalmente un foco de producción económica que, en los últimos años se ha afianzado como una fuente de crecimiento importante.

De hecho, Monagas forma parte de la Zona Económica Especial (ZEE) agroalimentaria decretada en agosto de 2023 por el Ejecutivo nacional y que incluye otras regiones del país como Sucre y Bolívar.

Pero, más allá de lo que implica el desarrollo a través de proyectos estatales, la ganadería y la comercialización de proteína animal ha representado un foco importante de crecimiento luego de un declive que se agudizó en el periodo de la pandemia por Covid-19.

Según indican desde la Asociación de Productores Integrales del estado Monagas (Asoprimo) ente que agrupa a más de un centenar de ganaderos, criadores de pollos y productores del campo, la carne de ganado bovino que se genera desde la entidad cubre la demanda local y el 10% de estados vecinos como Sucre, Anzoátegui y Delta Amacuro, con un promedio de 600 animales en matadero por semana.

Así como el ganado bovino, José Antonio Adrián, presidente de Asoprimo, refiere que hay una producción importante de quesos –incluyendo de búfala- así como de producción y distribución avícola, con una de las más grandes procesadoras y distribuidoras de pollos en el país, sin dejar de lado la agricultura.

Adrián indica que los organismos oficiales apuntan a un rebaño de ganado que ronda las 700.000 cabezas. “Podría ser más, pero sin combustible para trabajar el campo y sin financiamiento bancario no podemos crecer tan rápido como quisiéramos”, dijo.

Siempre en déficit

La distribución de diésel por parte de organismos estatales se hace de forma mensual, explica el presidente de Asoprimo, con una cuota máxima de 28.000 litros, lo que equivale a 140 tambores de combustible que se deben dividir entre unos 100 agremiados para trabajar el campo durante ese periodo de tiempo hasta una nueva distribución.

“La maquinaria la necesita para la triada, para pasar rotativa, para llevar la madera a reparar líneas, llevarle la comida al ganado. para llevar la sal. Para cualquier cosa se necesita la maquinaria, no nada más el tractor. Si necesita hacer trabajo, por lo menos con una motobomba. Entonces, ese es un tema que frena la producción del país”, explica el productor ganadero.

La opción de adquirir combustible por cuenta propia incrementa los costos de producción de manera exponencial. El dirigente gremial indica que, aunque el diésel tiene un precio regulado de 0,50 centavos de dólar, en la realidad no tienen opción de adquirirlo a ese precio. “He llegado a pagar hasta 120 dólares por combustible”, afirma.

El poco acceso a créditos bancarios y la inversión constante a “pulmón propio” para poder producir es otra de las situaciones que resalta el dirigente. “Los productores no queremos nada regalado, lo que queremos son condiciones para poder crecer e incentivar la producción”, afirma.

El comercio: un ave fénix en Monagas

Luego de un periodo fuerte de recesión, Julio Battika, presidente de la Cámara de Comercio de Maturín, afirma que el sector comercial intenta resurgir de las cenizas y cobrar auge, aunque ha sido un camino espinoso tras el declive que sufrieron los comerciantes y empresarios y que se incrementó durante la pandemia.

“Se crearon condiciones difíciles debido a la pandemia y los bajos salarios. Ahorita no estamos en el peor momento como años atrás, hemos mejorado y estamos comenzando a retomar el crecimiento. Ha habido incremento en la inversión privada con diversos comercios y empresas que cerraron y que abrieron tras rediseñarse y cambiar de ramo”, comentó.

Battika explicó que durante la pandemia trabajaban algunas semanas al mes y hubo un estado de supervivencia del que se recuperan actualmente, aunque aún no alcanzan niveles de potencialidad como en años anteriores cuando había estabilidad económica y mayores ingresos por explotación petrolera.

Precisamente el bajo poder adquisitivo que hay actualmente es una de las barreras que frena el avance del sector comercial, según indica el dirigente gremial, quien apunta que, tras el cierre masivo de empresas grandes e industria que padeció la entidad, el sector comercial se ha enfocado en la oferta de servicios y la apertura de tiendas de ropa, calzado y electrodomésticos, con inversiones importantes de cadenas de negocios.

“En la zona industrial lo que hay es un cementerio de galpones vacíos y sobreviven solo algunos, por lo que no se podría decir que son foco de crecimiento y desarrollo”, advierte y agrega: “En la parte comercial, los centros comerciales más importantes de la ciudad trabajan entre un 30% y 50% de su capacidad, eso quiere decir que están vacíos”.

“Estamos mejor que hace cuatro o cinco años, pero no alcanzamos el potencial que teníamos en años anteriores cuando el crecimiento económico era del 10% anual, cuando estaba en auge la producción petrolera”, indicó el presidente de la Cámara de Comercio.

Battika es optimista con respecto al crecimiento comercial que puede llegar a la entidad y por ello el gremio inició un proceso de restructuración, reactivación y captación de afiliados, después de unos cuatro años sin actividad gremial.

“Ahora somos unos cien afiliados y necesitamos crecer, organizar mejor el sector y poder influir sobre algunas medidas gubernamentales arbitrarias que se toman en un estado que necesita crecer económicamente”, dijo.

Con información de Banca y Negocios