En Cojedes, un estado tradicionalmente ganadero y agrícola, la economía trata de sostenerse a través de la cría de ganado bufalino, mientras productores agrarios indican que otros rubros que eran la fortaleza han decaído en su producción debido a dificultades estructurales.
La cría de ganado bufalino ha ido en incremento en los últimos dos años en el país. Según indicó Nicola Fabbozzo, presidente de la Asociación Criabúfalos Venezuela en declaraciones difundidas en medios nacionales, la producción bufalina había tenido un crecimiento entre el 14 y 17% a escala nacional para agosto de 2022.
En marzo de 2023, alrededor del 45% de la leche que se producía en Venezuela correspondía al sector bufalino, con un volumen diario de 2.500.000 litros de leche, según afirmó Fabbozzo.
De hecho, entre las cifras que mostró el presidente Nicolás Maduro en marzo de 2023, destacó que el país contaba con “más de 3.700.000 cabezas de búfalo, lo que representa el 20% de la cría de ganado en el país, así como 2.500.000 litros de leche se producen a diario en el territorio nacional”.
Y, precisamente, esta es una de las fortalezas que, según indicó a Banca y Negocios el productor y dirigente agrario, Jhoender Jiménez, se ha afincado el gremio ganadero para subsistir, tratar de reflotar la producción y ser un elemento diferenciador en el mercado nacional.
“Hay un gran crecimiento en el rebaño bufalino. Las cualidades de esa ganadería tienen posibilidades con unos productos terminados, que tienen un buen récord en el mercado nacional y que comienza a generar un elemento diferenciador del clásico, que era la producción solamente de quesos llaneros”, explica el dirigente.
Aunque no precisó cifras de producción, Jiménez destaca que en la entidad se generan varios rubros, entre ellos “burrata, quesos pasteurizados, duros, semiduros, manchegos. Hay una variedad de calcio bien interesante que permite generar un plus”.
Sin embargo, los productores de Cojedes tratan de mantener una ganadería clásica que sirve para el mercado de carne, así como la producción avícola, sobre todo de pollo y huevos, que es la base de producción económica en el eje de Tinaquillo y las cercanías con Carabobo.
En ese sentido, Luis Alejandro Rodríguez, vicepresidente de la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Cojedes, afirmó que las inversiones para el crecimiento vienen, fundamentalmente, del sector privado, así como una migración interna desde la ganadería bovina a la cría de búfalos, debido a que tiene mayor rentabilidad.
“Hay un desarrollo interesante. Hay algunos que incluso han montado y generado sus plantas, industriales, y están procesando las leches, sacando, elaborando mantequilla, sueros, quesos, etc.”, resalta.
Agricultura en punto de quiebre
Mientras el mercado ganadero trata de mantenerse a flote con la producción ganadera bufalina, Jhoender Jiménez afirma que la agricultura ha mermado y solo subsisten cultivos clásicos de cereales, como arroz y maíz, los cuales han caído drásticamente, así como algunas siembras de café en la sierra de San Carlos, la capital de la entidad.
“Hay una caída generalizada de todo, salvo de la ganadería bufalina. No hay una agroindustria estable, es decir, lo que se produce de materia prima no es transformada más que solo en alimentos concentrados para animales”, advierte el productor ganadero.
En ese sentido, Luis Alejandro Rodríguez indica que el sector agrario atraviesa problemas estructurales y el principal es la dificultad para la obtención de combustible por parte de organismos estatales, por lo que se ven obligados a adquirirlo a precios internacionales.
“Recordemos que los agricultores dependen profundamente del uso del diésel y de la gasolina, pero más que todo del gasoil para toda la maquinaria agrícola, que es maquinaria pesada”, explica y agrega que la falta de financiamiento por parte de la banca ha asfixiado a los productores por las dificultades que tienen para realizar inversiones
Comerciantes en declive
Desde la Cámara de Comercio, Industria y Producción de Cojedes apuntan que, de unos 5.000 comerciantes formales en los nueve municipios de la entidad, en lo que va de año el 10% ha migrado a la informalidad.
“Existe una contracción económica. El dinamismo de la economía no se está dando como se tenía pensado que iba a haber un cierto crecimiento”, asegura el gremialista, quien apunta que el bajo poder adquisitivo de los ciudadanos ha incidido en el declive del comercio.
Rodríguez apunta que el sector comercial está afectado “profundamente” por tres elementos muy importantes que están reforzando la migración hacia la informalidad y la venta que se afinca en el uso de redes sociales.
“El primero de estos elementos es la voracidad fiscal que está destruyendo al sector formal en la entidad, ya que ante aumentar tanta presión tributaria, al ver tantos impuestos nacionales, regionales y municipales, pues hace que cada día sea más difícil mantener las puertas abiertas y tomar el camino de la informalidad, porque es más económico, es más barato en términos monetarios ser un informal y vender a nivel de Instagram, de Whatsapp, de redes sociales, montar un showroom en los hogares o en las viviendas”.
Con este escenario, los comerciantes han buscado opciones que los alejen de contribuir con los impuestos, así como generar empleo y obligaciones parafiscales.
El segundo elemento que afecta el sector comercial advierte el gremialista, son los servicios públicos. Rodríguez resalta que las deficiencias en el suministro de electricidad “hacen profundos estragos a nivel comercial e industrial”, ya que los cortes se prolongan hasta por ocho horas al día.
“Esto afecta nuestro normal desenvolvimiento y nuestras ventas para poder atender a los clientes”, dijo Luis Alejandro Rodríguez.
La falta de combustible es el tercer elemento ya que, según el vicepresidente de la Cámara de Comercio, dificulta las cadenas operativas de la actividad comercial.
Sin embargo, el dirigente también explica que, a pesar de las dificultades actuales para el crecimiento económico, se trata de un estado que está a escasos 200 kilómetros de la capital del país, entre 80 y 90 kilómetros de distancia de Carabobo y a 70 kilómetros de Portuguesa.
“Tenemos una ubicación estratégica para el desarrollo de la actividad económica, de generación de alimentos, de dinamizar el comercio y la producción industrial”, resalta.
Con información de Banca y Negocios