El nombre de la mayoría de los productos que forman parte de la rutina de cuidado de la piel da pistas sobre su función: los limpiadores limpian, las hidratantes hidratan, los exfoliantes exfolian y los protectores solares protegen de los daños solares. Luego está el sérum. Un producto un poco más complicado dentro de un lujoso envase que encierra promesas audaces.
En redes los vídeos que muestran las bondades de estos maravillosos fluidos son hipnóticos. Tanto que, realmente, resulta tentador hacerse con uno de ellos, aunque no sepamos exactamente qué es ni cómo usarlo.
Paloma Sancho, experta en belleza creadora de SkinRoutine by Paloma Sancho de laboratorios Mabo Farma, lo tiene claro: “El sérum es un producto con una concentración de principios activos que no puedes obtener en una crema. Sirve para aportar a la piel esa dosis de ingredientes que necesita para protegerse de las agresiones y de los radicales libres por la mañana y para renovarse por la noche. Si tuviera que elegir ente sérum y crema, me quedo con el sérum”.
Katia Simone, cofundadora de la marca de cosmética africana AOKlabs, añade: “El sérum potencia los beneficios de cualquier crema hidratante y prepara la piel para recibir otros cosméticos. Normalmente su textura es ligera, aunque los que se presentan en formato aceite también son capaces de llegar a las capas más profundas de la piel”.
Los expertos afirman que suelen formar parte de una rutina de varios pasos y que su alta concentración de activos permite abordar problemas concretos como borrar las manchas, controlar la grasa, reducir las arrugas y líneas de expresión y mejorar la textura de la piel.
Elegir el sérum ideal en una época en la que TikTok es el motor de búsqueda principal es difícil. Al igual que con el resto de la rutina de cuidado facial, seleccionar un suero depende del tipo de piel y el efecto que queremos conseguir. Y siempre es una buena idea hablar con un dermatólogo para seleccionar los mejores activos.
Las marcas suelen enumerar sus ingredientes con una breve descripción de su impacto en la piel. En caso de problemas de pigmentación los más habituales son la vitamina C, el ácido glicólico o el ácido tranexámico; para fomentar la hidratación la estrella indiscutible es el ácido hialurónico; para bajar el enrojecimiento funcionan los sueros con niacinamida; para difuminar las arrugas el retinol y para el acné el ácido salicílico. “Soy muy defensora del uso de antioxidantes por la mañana y de activos renovadores por la noche como AHA’s o retinoides”, apostilla Sancho.
¿Y cómo se utilizan los sueros para sacarles el máximo provecho? En cuanto al orden “se aplica después de la limpieza, con la cara y las manos limpias. Después, seguimos con la crema hidratante y la protección solar si es por la mañana”, comenta Elisabeth Álvarez, propietaria del centro InOut. Para no errar la regla de aplicación es ir del producto más fino al más espeso.
Si tenemos dudas en cuanto a su modo de uso recurrir a las redes no es garantía de éxito. Paloma Sancho advierte: “Salvo que un dermatólogo lo indique, yo no recomendaría la utilización de un sérum en pieles menores de 18 o 20 años, excepto en casos de acné. Creo que en TikTok no falla el canal, sino el prescriptor. Seguro que hay dermatólogos, farmacéuticos y especialistas con tutoriales solventes sobre las rutinas de belleza. La clave es saber elegir a quién seguimos y otorgamos la capacidad prescriptora”.
Analizamos con expertos los errores más frecuentes que cometen un batallón de tiktokers a la hora de extender en su piel estos fluidos súper concentrados.
Poner demasiada cantidad de producto
Muchos sueros suelen venir en frascos con pipeta para facilitar su dosificación, pero aún así predominan los tutoriales en los que se extiende mucho producto, quizá para que la cámara lo aprecie mejor. “El error más común está en la cantidad que se utiliza. Muchos creen que si usan más cantidad notarán los resultados en su piel más rápido, y eso no es cierto. Además de no ver esos resultados inmediatos, la piel se satura y se desperdicia producto de forma innecesaria”, dice Katia Simone.
La cantidad estándar necesaria suele ser de una o dos dosificaciones en los formatos pump, de tres a seis gotas en los goteros o pipeteros y de, aproximadamente, una avellana en aquellos que vienen en tarro. Esta cantidad es suficiente para rostro, cuello y escote. “Aunque siempre debemos leer el modo de uso que indique cada fabricante porque depende de si va en gotero, en crema o en gel”, comenta paloma Sancho.
Aplicar el gotero directamente sobre la piel
Hemos visto infinidad de veces como muchísimas influencers en TikTok aplican el sérum con la pipeta tocando el rostro y, aunque visualmente es efectivo, no es una buena idea cuando se trata de cuidar la piel. “Es un gesto completamente equivocado, puesto que hará que apliquemos más producto del necesario y, además, corremos el riesgo de que la pipeta entre en contacto con bacterias, granitos o suciedad y, al introducirla después en el frasco, la fórmula se altere o desequilibre”, explica Elisabeth Álvarez.
Ponerlo en la palma de la mano
¿Podemos echar el producto en la palma de la mano? La respuesta es no. “Un gesto que vemos continuamente en redes es el de repartir el producto homogéneamente sobre la mano y frotar antes de llevarlo a la cara. El producto se debe depositar sobre las yemas de los dedos y nunca sobre la palma porque posee muchísima capacidad de absorción. Y, aunque es algo habitual en muchos tutoriales virales, es una opción muy poco ahorrativa. Si masajeamos por todo el interior de las manos un suero, gran parte del producto se queda en la palma. Y no tiene sentido hacer que la mayor parte de la fórmula se quede ahí y en nuestro rostro depositemos menos producto del que se necesita” analiza Raquel González, cosmetóloga y directora de educación de Perricone MD.
Frotar en lugar de dar pequeños toques
En cuanto a cómo llevar el sérum hacia el rostro, Elisabeth Álvarez comenta que “se debe aplicar en la yema de los dedos y masajear con las dos manos, de manera que quede repartido entre ambas sin llegar a las palmas. De ahí, lo llevaremos al rostro, preferiblemente dando pequeños toquecitos suaves, sin frotar ni arrastrar”. Katia Simone puntualiza “no solo se aplica en el rostro. Es imprescindible bajarlo al cuello y escote porque su piel es más fina y propensa a las arrugas. No hacerlo aporta un efecto careta, que ocurre cuando existe mucha diferencia entre la textura y luz del rostro con la del cuello o escote”.
Aplicar sueros acuosos con la piel seca
Muchos tutoriales virales siguen el típico ritual de lavar la cara, secar con la toalla y aplicar el suero. Pero los expertos coinciden en que es más efectivo extenderlo con la piel ligeramente humedecida. “Aplicar productos sobre la piel húmeda beneficia la aplicación de sueros de base acuosa, como los de ácido hialurónico, glicerina o urea. Sin embargo, este efecto no ocurre con los de formato en aceite”, expone Sonia Ferreiro, cosmetóloga y biotecnóloga en Byoode.
Y entonces ¿mejor con la piel húmeda? “Sí, no debemos secar el rostro después de limpiarlo y, con la piel húmeda, aplicar el suero. La humedad de la dermis aumenta la permeabilidad del tejido y es afín con la base de los sueros acuosos. Agua atrae a agua. Además, cuando limpiamos el rostro, eliminamos el exceso de grasa de la piel. En el lapso de tiempo desde que esto ocurre y hasta que ese sebo se vuelve a equilibrar, la barrera oleosa está menos fuerte y permite mejor la penetración de los sueros de base acuosa”, comenta Ferreiro.
Mezclar ingredientes
Menos es más cuando se trata de sueros. Combinar sérums es arriesgado si no sabemos bien cómo hacerlo. “A los adolescentes les puede resultar atractivo sentirse como alquimistas, pero están confundiendo cosas. Juntar determinados principios activos puede ser irritante. Algo que muchos tutoriales hacen es mezclar un serum con vitamina C con otro de ácido hialurónico, y esto puede resultar irritante cuando alguno de ellos lleva en su composición otros activos que desconocemos. Nunca se debe combinar el retinol con los ácidos Alfa Hidroxiácidos ni unir dos tipos de ácidos. Muchos también lo mezclan con la hidratante para ahorrar pasos “no tiene ningún sentido. Es más, lo ideal es esperar entre uno o dos minutos a que el sérum se absorba antes de extender la crema hidratante, si no se hace puede provocar la aparición de grumos”, dice Simone.
Con información de El País