La Corte de Apelaciones de Nueva York, el más alto tribunal estatal, confirmó por unanimidad una ley del estado que exige a las empresas que ofrecen planes de salud que cubran los abortos médicamente necesarios, en un revés para un grupo de entes religiosos que habían intentado impedirlo.
En 2017, con el exgobernador demócrata Andrew Cuomo, Nueva York aprobó una regulación para que las aseguradoras cubran abortos recomendados por los médicos, en un momento en que el Gobierno federal del expresidente republicano Donald Trump atacaba la Ley de Cuidado de Salud Asequible (Obamacare).
Esa regulación incluye una exención para empresas cuyo propósito sea promover valores religiosos y emplear o atender a personas que los comparten; o consideradas, según las regulaciones federales, una ONG religiosa.
Sin embargo, un grupo de entes religiosos, entre ellos varios católicos, impugnaron la medida argumentando que la exención para empresas religiosas era demasiado limitada y que podría ser excluyente ya que su aplicación quedaba a discreción del estado, lo que fue desestimado por los jueces, según medios locales.
El Departamento de Servicios Financieros de Nueva York señaló que la decisión del tribunal reafirma el poder regulatorio que tiene esa agencia con respecto a las opciones en los servicios de salud reproductiva.
Los grupos religiosos demandaron al estado argumentando que la norma viola sus derechos bajo la Primera Enmienda, que protege la libertad de religión.
La Diócesis Católica Romana de Albany, uno de los grupos demandantes, indicó que apelará la decisión ante la Corte Suprema de Estados Unidos, según el diario.
«Creemos que esto es inconstitucional ya que implica que el gobierno se involucre en los derechos fundamentales del libre ejercicio de la fe y la conciencia», indicó la Diócesis.
La gobernadora del estado, Kathy Hochul, celebró el fallo unánime de la corte y lo consideró «un paso crítico hacia la protección de estas libertades fundamentales», mientras que la fiscal general del estado, Letitia James, afirmó que se trata de «una victoria para todos los neoyorquinos y para nuestro derecho más básico a tomar decisiones sobre nuestros propios cuerpos».
Con información de EFE