Más de 1.000 pacientes renales en Lara se ven afectados por las más de 30 máquinas de hemodiálisis dañadas.
Los afectados señalaron que, debido a la ausencia de estos aparatos, están recibiendo menos horas de tratamientos.
«Las máquinas que son nuestro riñón artificial, es nuestra vida y el alargar nuestra estadía en este mundo no están haciendo el funcionamiento porque tienen un desgaste de 10 años», aseguró el paciente renal Roberth Díaz.
Con información de Unión Radio