En la actualidad, tanto hombres como mujeres muestran un creciente interés por los perros y su relación con la salud humana. Los perros, siendo los primeros animales domesticados hace al menos quince mil años, han encontrado su lugar en diversas sociedades alrededor del mundo. Este interés por entender los efectos de los perros en nuestro bienestar ha trascendido el saber popular y se ha convertido en un tema de estudio para psicólogos, terapeutas ocupacionales y médicos. Pero, ¿qué hay de cierto en estas creencias?
Historia de una relación
A lo largo de los milenios, humanos y perros no solo han coexistido, sino que han formado una relación simbiótica. Originalmente, los perros ayudaban en la caza y protección, mientras los humanos proporcionaban seguridad y alimento. Esta colaboración aumentaba las posibilidades de supervivencia de ambos. Sin embargo, las funciones de los perros han evolucionado. Con la llegada de la agricultura y la ganadería, los perros comenzaron a ser utilizados para la guarda y el pastoreo. El concepto de perro como mascota, principalmente para compañía, surgió durante la Edad Media con la migración masiva de poblaciones rurales a urbanas. Durante este tiempo, los perros fueron seleccionados artificialmente para mejorar su capacidad de interactuar con los humanos, convirtiéndose en los compañeros excepcionales que conocemos hoy.
Interés científico
La investigación sobre los beneficios de convivir con perros es un desafío atractivo para muchos científicos. Mientras las historias y mitos sobre los beneficios del vínculo perro-humano abundan, los investigadores buscan determinar los límites de estos beneficios y las condiciones que los facilitan. Estudios realizados en la década de 1980 en Estados Unidos revelaron que la supervivencia de pacientes infartados era mayor entre aquellos que convivían con mascotas. Se sugiere que las rutinas de cuidado, como pasear al perro, reducen el sedentarismo y los problemas circulatorios. Además, la presencia del perro puede desencadenar reacciones automáticas de relajación, reduciendo marcadores de estrés como la presión arterial y hormonas de ansiedad.
Bienestar psicológico y social
Los beneficios psicológicos de convivir con perros son bien conocidos. Mejoras en el estado de ánimo, sensación de seguridad y reducción de la soledad son frecuentemente reportados. Sin embargo, los estudios no siempre muestran diferencias significativas en el bienestar psicológico entre quienes conviven con perros y quienes no. Esto puede deberse a la complejidad de las relaciones a largo plazo. En contextos sociales, los perros pueden ayudar a reducir la ansiedad y servir como puntos de conversación, facilitando interacciones. La apariencia del perro también influye en la probabilidad de entablar contacto social.
Integrando la información
La literatura científica apoya la existencia de beneficios derivados de la convivencia con perros, aunque no de manera universal. Los beneficios dependen en gran medida del vínculo establecido entre humanos y perros. Un estudio en Australia demostró que personas con perros obesos perdieron peso al adoptar nuevas rutinas de paseo tras una advertencia veterinaria sobre la salud de sus mascotas. Esto sugiere que los beneficios no siempre se derivan de la acción directa del perro, sino de los cambios en el comportamiento humano para mejorar la salud del perro.
En resumen, convivir con perros puede aportar diversos beneficios a la salud humana, pero estos no son automáticos ni universales. Dependen del vínculo y el compromiso con conductas de salud como pasear y jugar con el animal. No se debe esperar que los perros resuelvan problemas humanos complejos por sí solos. Sin embargo, para aquellos que disfrutan de su compañía, la convivencia con perros ofrece una gama de beneficios tanto objetivos como percibidos.
Con información de Muy Interesante