La UE da a Ucrania la primera transferencia procedente de activos rusos

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Foto: Archivo

La Unión Europea (UE) hizo este viernes la primera transferencia a Ucrania de 1.500 millones de euros procedentes de los beneficios extraordinarios que generan los activos rusos inmovilizados por las sanciones a Moscú, informó la Comisión Europea.

El dinero será entregado a Kiev a través del Fondo Europeo de Apoyo a la Paz, que canaliza la ayuda militar al país, y de la Facilidad para Ucrania, que efectúa los pagos en ayuda macrofinanciera para contribuir a mantener el Estado en funcionamiento y a su reconstrucción.

Se trata del primer desembolso de este tipo desde que la UE acordó en mayo utilizar los beneficios extraordinarios que generan los activos del Banco Central Ruso que están inmovilizados en territorio europeo para financiar su ayuda a Kiev: un 90 % se destinará a asistencia militar y un 10 % a ayuda financiera.

En la UE hay más de 200.000 millones de euros en activos y reservas del Banco Central Ruso inmovilizados por las sanciones, de los cuales unos 192.000 millones están depositados en la belga Euroclear, un depositario central de valores.

La reinversión de los intereses de estos activos cuando vencen, a la que están obligadas estas entidades, genera unos beneficios extraordinarios que ascenderán a entre 2.500 millones y 3.000 millones de euros anuales en el caso de la UE.

Estos beneficios están sometidos a impuesto de sociedades por parte de Bélgica -que también destinará esa recaudación a Kiev- y el montante restante es el que la UE canalizará a Ucrania, de modo que no se tocan los activos en sí mismos, algo que generaría problemas legales.

Al mismo tiempo, la UE acordó en junio con sus socios del G7 -Estados Unidos, Reino Unido, Canadá, Japón, Italia, Alemania y Francia- dar un préstamo de 50.000 millones de dólares a Ucrania que se reembolsará con estos beneficios de los activos congelados.

Los Veintisiete aún están debatiendo qué parte de este montante tendrá que aportar la Unión Europea y el modo de articular el crédito, en particular cómo garantizar la continuidad de las sanciones para asegurar que los activos rusos siguen inmovilizados y generan esos réditos.

La UE tiene que renovar sus sanciones cada seis meses por unanimidad de los 27 Estados miembros, lo que la expone al veto de cualquiera de sus países, en particular Hungría, el socio comunitario más próximo a Moscú – su primer ministro, Viktor Orbán, visitó hace solo unas semanas a Vladimir Putin – y que ya ha amenazado en el pasado con bloquear las sanciones.

Los Estados barajan dos opciones: aprobar una inmovilización por un periodo indefinido que pueda revocarse, por ejemplo una vez que Rusia pague compensaciones a Ucrania, o ampliar la vigencia de las sanciones de modo que se renueven en un plazo de entre 18 y 36 meses, y no cada medio año como ocurre ahora.

La decisión, que tiene que adoptarse por unanimidad, no se tomará hasta después del receso veraniego.

Con información de EFE