El ADN ayuda a resolver uno de los mayores misterios

0
Foto: Archivo

Los métodos de secuenciación de ADN han avanzado muchísimo en los últimos años. Gracias a ello, se han podido resolver crímenes históricos y misterios antiquísimos. O incluso una combinación de ambos. Es precisamente lo que acaba de hacer el equipo de la genetista Turi King, de la Universidad de Leicester. Esta investigadora es conocida por estar detrás de la secuenciación del ADN que ayudó a identificar al rey Ricardo III en 2014. Por eso, no dudaron en  contar con ella para intentar resolver por fin un misterio histórico considerado como uno de los más enigmáticos del siglo XIX.

De nuevo, se trata de algo relacionado con la aristocracia. Concretamente, de la identidad de Kaspar Hauser, un “niño salvaje” que fue brutalmente asesinado después de sospechar que se trataba del hijo desaparecido del príncipe de la región alemana de Baden.

Tras su asesinato, se conservaron fragmentos de su ropa manchada de sangre. Por eso, cuando en la década de 1990 comenzaron a emplearse más ampliamente las técnicas de secuenciación de ADN, se hicieron varios intentos de compararlo con el de sus supuestas hermanas, para averiguar si realmente se trataba del heredero perdido. Lamentablemente, el ADN estaba demasiado dañado y las técnicas de secuenciación aún en pañales, por lo que no se pudo averiguar si Hauser era el pequeño príncipe. Ahora, 30 años después, el ADN sigue igual de dañado, o incluso más, pero la genética ha experimentado una gran revolución que por fin ha arrojado una solución sobre este misterio.

La corta pero maravillosa historia de la secuenciación del ADN

Los dos métodos principales de secuenciación del ADN se comenzaron a utilizar en la década de 1977. Eran principalmente el método de los didesoxinucleótidos, desarrollado por Sanger, y el método químico, ideado por Maxam y Gilbert. Ambos parten de la base de que el ADN está compuesto por nucleótidos unidos a cuatro tipos distintos de bases nitrogenadas: la adenina (A), la guanina (G), la citosina(C) y la timina (T).

En el método de Sanger, se replica el método natural por el que el ADN se puede duplicar. Para ello, se utiliza una enzima, llamada ADN polimerasa, que toma una cadena de ADN y va uniendo a cada nucleótido otro nucleótido con su base complementaria. La adenina y la timina son complementarias entre sí, del mismo modo que la guanina y la citosina. La diferencia entre el método natural y la secuenciación de ADN de Sanger es que en cada ciclo se añade un didesoxinucleótido para una base concreta.

Con información de Hipertextual