La crisis política que vive Venezuela después de las elecciones presidenciales del 28 de julio, cuyos resultados son cuestionados por la oposición y buena parte de la comunidad internacional, ha significado un “duro golpe” para los emprendedores, quienes tuvieron que parar por unos días su trabajo y por ende, dejar de percibir ingresos.
Aunque la gran mayoría ya retomó sus actividades, la incertidumbre permanece entre ellos debido al panorama político, lo que se suma a una amplia lista de retos a los que deben enfrentarse en Venezuela, un país donde existen alrededor de 4,7 millones de emprendedores, sin contar a aquellos que permanecen en la informalidad.
La gran mayoría recurre a esta opción por necesidad, por falta de empleos y salarios bien remunerados, según el Centro de Innovación y Emprendimiento de la Universidad Católica Andrés Bello (UCAB).
Planificación para afrontar la situación
Andreina González es una de las dueñas de Delike, una tienda online de repostería que ha tenido gran receptividad desde su creación en el 2020. Su exitoso negocio la llevó incluso a tomar la decisión de no emigrar y continuar con su emprendimiento en Venezuela.
Aunque no es la primera vez que enfrenta adversidades como emprendedora, pues el nacimiento de su negocio se dio en medio de la pandemia de COVID-19, el proceso que ha vivido en las últimas semanas ha sido de mucho estrés por la situación.
Comenta que los días posteriores a la elección las ventas fueron lentas. El lunes 29 y el martes 30, solo atendió dos pedidos que tenía agendados previamente, y fue retomando paulatinamente la normalidad con el transcurso de las semanas.
“Al final Delike, además de dulces, su fuerte son las tortas de cumpleaños, y la gente va a seguir cumpliendo años. Y a pesar de la situación, que es lo que yo comenté en mis redes sociales, el granito de arena que yo podía hacer para mi país en ese momento era seguir trabajando y de alguna manera subir los ánimos a través de un dulcito, una tortita y eso fue justamente lo que hicimos. Entonces sí fue bastante lenta esa semana”, comenta en entrevista para la Voz de América.
La venezolana decidió retomar oficialmente con sus actividades y nuevos pedidos el miércoles 31 de julio debido a que su emprendimiento es su único ingreso. Confiesa que sintió nervios de comunicarlo en redes sociales por las respuestas que podría recibir, pero la receptividad fue positiva.
“Nosotras vivimos de Delike, vivimos del día a día de lo que nosotras hacemos, no es que yo tenga un sueldo fijo (…) Quería que entendieran que sí iba a trabajar, pero que a pesar de que estoy trabajando, mi mente y mi corazón está en el país y en lo que está pasando, pero tengo que seguir trabajando porque yo vivo de Delike, y no puedo parar”, explica.
Pese a que su emprendimiento continuó con sus actividades, González dice que está llevando un contenido más meticuloso en redes sociales por la situación del país, donde la cifras de detenidos por las protestas poselectorales asciende a más de 2.000.
Además, también maneja la entrega de pedidos tomando en cuenta la agenda política y las convocatorias a manifestaciones, para prever retrasos por cierre de accesos.
Los retos que ahora enfrenta se suman a la crisis económica que vive el país, pero también al bloqueo de redes sociales como X y la propuesta de la Asamblea Nacional de regularlas.
Sobre esto, afirma que siente temor de que ocurra porque Instagram y WhatsApp son una base importante de su negocio. No obstante, prefiere no adelantarse y por ahora continúa trabajando con las herramientas que están a su alcance.
“Los venezolanos estamos tratando de seguir nuestra vida en la medida de lo posible, hasta que esto se pueda solucionar”, agrega.
Con información de La Patilla…