¿Por qué huele mal la bolsa de basura?

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Foto: Archivo

El sulfuro de hidrógeno, los ácidos grasos, las aminas y los mercaptanos son algunos de los acordes de la sinfonía de la podredumbre. Imagina la basura como una orquesta, ahora cambia los músicos por microbios, expertos instrumentistas que tocan una canción: descomposición.

Las bacterias, hongos y otros microorganismos se convierten en intérpretes de una sinfonía que liberan una serie de compuestos químicos volátiles, que son los responsables de esos olores tan característicos.

Las principales ‘notas’ son: el sulfuro de hidrógeno, los ácidos grasos, las aminas y los mercaptanos.

Cada alimento emana su propio aroma y al unirse con otros crea una sinfonía cacofónica que resuena en el aire. Así, un plátano olvidado, con su dulzura fermentada, se mezcla, por ejemplo, con el olor a carne en descomposición, y entre ambos crean una disonancia que resulta casi dolorosa para nuestra pituitaria.

El aire de la bolsa de basura, denso y cargado de una humedad, promete ser algo más que una simple condensación y acaba filtrándose a través de las rendijas de la bolsa y adentrándose en nuestras fosas nasales como un intruso indeseado. Desde allí viaja hasta nuestro cerebro y se fija en los pliegues de nuestra memoria con una persistencia irritante, que oscila entre lo nauseabundo y lo embriagador.

Con información de ABC