Manuel Correia fue uno de los pacientes que participó en las jornadas de vasectomía organizadas por la asociación civil de Planificación Familiar (Plafam) desde 2018. Estas jornadas tienen como objetivo educar a los hombres sobre métodos anticonceptivos, salud sexual y planificación familiar.
Al cumplir los 41 años y con dos hijos mayores de edad, Correia se dio cuenta de que su familia estaba completa. Debido a los problemas de salud de su esposa, una ligadura de trompas no era una opción viable.
Después de una decisión en conjunto con su pareja, se realizó la vasectomía para evitar futuros embarazos no deseados y mejorar su calidad de vida.
“Ya nuestros hijos eran grandes y no queríamos correr el riesgo de traer al mundo una persona a la que no podíamos cubrir sus necesidades no solo económicas, sino sociales, psicológicas y físicas”, relató.
Mientras la ligadura de trompas ha sido un procedimiento común en Venezuela y accesible en muchos centros de salud públicos, la vasectomía ha sido históricamente menos frecuente entre los hombres. En la mayoría de los casos por estereotipos, mitos y opciones menos asequibles.
No obstante, esta opción ha ganado cada vez más terreno entre los hombres. Esto se debe en parte a una mayor conciencia sobre la salud reproductiva masculina y a un cambio en la percepción de los roles de género, que otorga a los hombres un papel más activo en la planificación familiar.
El informe anual del Fondo de Población, Vidas Entrelazadas: Hilo de Esperanza, reveló que 77 % de las mujeres venzolanas de entre 15 y 40 años de edad utiliza métodos anticonceptivos, cifra que representa el doble de los usados por hombres.
Ydielim Rico, coordinadora del programa de vasectomías y esterilizaciones de Plafam, aseguró que la vasectomía se ha vuelto un método común entre los hombres. “La esterilización masculina ya no es tabú. En las jornadas acuden alrededor de 15 hombres para el procedimiento, con edades entre 21 a 30 años porque no se ven como padres”.
A su juicio, los hombres han transformado la masculinidad, es decir, quieren ser responsables de las decisiones que se toman para prevenir embarazos o aceptaron que el cuidado no depende solo de su pareja.
Jornadas gratuitas
Rico explicó que la vasectomía es un procedimiento quirúrgico para los hombres, en el que se cortan los conductos deferentes, por donde pasan los espermatozoides, para evitar que se unan con la eyaculación.
Plafam realiza desde el año 2019 este tipo de procedimiento. Según la especialista, alrededor de 1000 hombres han acudido a practicarse vasectomías como método de planificación anticonceptiva desde el año 2018. “Evidencia un aumento, a pesar de que son las únicas cifras disponibles sobre el tema en Venezuela”.
Añadió que los hombres deben tener una evaluación psicológica previa a la operación. Posteriormente, se realizan los análisis en sangre para descartas infecciones de transmisión sexual como HIV, PT, PTT y VDRL.
“Luego de la operación se debe usar preservativo durante tres meses o tener más de 25 eyaculaciones. También, realizar un espermatograma para saber el éxito de la vasectomía”.
Procedimiento irreversible
La especialista detalló que la vasectomía que se practica en estas jornadas es totalmente irreversible. “Si el paciente luego quiere tener un hijo, tendrá que hacerse tratamiento de fertilidad o adoptar, se puede revertir en algunos casos, pero no en todos”.
Rico aclaró que a pesar de que existen técnicas para que este proceso quirúrgico se pueda revertir, a través de la recanalización de los conductos deferentes, este tipo de intervenciones no aseguran ni 50 % de probabilidad de que pueda regenerarse satisfactoriamente.
Por eso siempre recalcamos en la consulta psicológica que el hombre debe estar bastante seguro de esto”, afirmó.
Pocas opciones públicas
Ángel tomó la decisión consciente de no tener hijos hace dos años. Para él, la paternidad implica una gran responsabilidad y un vínculo emocional que, en este momento, no siente. Sin embargo, al buscar opciones para una vasectomía en el sector privado, el procedimiento tenía un costo que oscilaba entre 500 y 700 dólares, una suma que excedía considerablemente su presupuesto.
“Mi salario no me permite costear la vasectomía. Además, cada vez que consulto al urólogo, me sugiere que congele mi esperma o que reconsidere mi decisión”, afirmó Ángel.
Hace un año, Ángel buscó alternativas en el sector público. Acudió a un centro de salud para informarse sobre posibles jornadas de esterilización masculina, pero recibió una respuesta negativa por parte del personal médico. “En Venezuela han dejado de lado la salud reproductiva masculina”.
Los mitos
La psicóloga recordó que la vasectomía no disminuye el apetito sexual y que es falso que sea equivalente a la castración.
Agregó que este procedimiento no afecta la disfunción eréctil. “No causa cáncer y mucho menos previene infecciones de transmisión sexual”.
Con información de Crónica Uno