El embarazo adolescente se ha convertido en un grave problema de salud pública en Venezuela, exacerbando la pobreza y el subdesarrollo en el país. Ana María Figuera, miembro del Fondo de Poblaciones de las Naciones Unidas (UNFPA) y ginecóloga, destacó la importancia de la educación integral en sexualidad como una herramienta crucial para abordar esta problemática.
Figuera enfatizó que la educación no debe estar dirigida solo a las mujeres. «La educación integral de la sexualidad es para todos. Debemos erradicar patrones culturales que asignan roles desiguales a hombres y mujeres», afirmó.
Además, subrayó la necesidad de involucrar a las familias en este proceso educativo para combatir el embarazo a temprana edad.
Las estadísticas revelan que el problema varía según el contexto socioeconómico, con mayores tasas de embarazo en áreas rurales y comunidades menos favorecidas. La UNFPA ha trabajado en colaboración con diversas organizaciones para implementar programas de educación que han comenzado a mostrar resultados positivos.
Para contrarrestar esta situación, la UNFPA está llevando a cabo la campaña «Hablemos Claro», destinada a empoderar a los adolescentes y a sus padres sobre la importancia de la educación sexual y el uso de métodos anticonceptivos. Figuera concluyó que, aunque los desafíos son grandes, la clave radica en proporcionar las herramientas adecuadas para que los jóvenes puedan construir un futuro más prometedor y libre de embarazos no deseados.
Ángel Alfonso, Coordinador Educativo de la Asociación Civil Niña Madre, alertó sobre la creciente problemática del embarazo adolescente en el país, destacando la alarmante tasa de mortalidad materna, que se sitúa en 259,2 muertes por cada 100,000 nacidos vivos, superada solo por Haití. Según Alfonso, esta situación se ve agravada por el abuso sexual, lo que ha contribuido a que Venezuela lidere las estadísticas de embarazo en adolescentes en la región.
Alfonso explicó que las jóvenes entre 12 y 14 años tienen tres veces más probabilidades de morir en el parto que las mujeres mayores de 20 años, lo que subraya la urgencia de abordar este problema. Resaltó que el contexto de pobreza, la deserción escolar y el hacinamiento en las viviendas juegan un papel fundamental en la alta incidencia de embarazos adolescentes.
La Asociación Civil Niña Madre trabaja desde 1990 en la parroquia Coche, ofreciendo formación en salud sexual y reproductiva a adolescentes y desarrollando programas innovadores que fomentan la educación y el emprendimiento. Además, Alfonso destacó la importancia de incluir a los hombres en la conversación sobre sexualidad y responsabilidad parental. «Es crucial que los jóvenes comprendan su rol y la necesidad de la prevención», enfatizó.
Con inf0ormación de Mundo.Ur