Recuperación emocional tras la DANA: la intervención psicológica es clave para las víctimas

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Foto: Archivo

La catástrofe que azotó Valencia dejó tras de sí no solo destrozos materiales, sino una profunda herida en la salud mental de los afectados. Para muchas personas, la ayuda de los psicólogos se ha convertido en un sostén imprescindible para gestionar el trauma, el duelo y las secuelas emocionales de este evento extremo. En situaciones de emergencia, los psicólogos no solo ayudan a procesar la tragedia sino que, con su intervención inmediata, marcan un punto de inflexión para la recuperación a largo plazo.

Conversamos con Raquel Ribes, psicóloga general sanitaria online y presencial en Villalonga (Valencia), quien ha trabajado en la zona afectada tras la DANA, para comprender cómo este tipo de tragedias impacta psicológicamente a las personas, y cuál es el rol de los psicólogos en estos contextos de emergencia.

Las secuelas psicológicas tras una catástrofe

En las tragedias naturales, las pérdidas son tangibles e intangibles, y la magnitud del daño se extiende a nivel psicológico de maneras complejas y a menudo devastadoras. Según Raquel Ribes, los efectos psicológicos tras vivir un evento catastrófico como la DANA “son igual de devastadores que el suceso”, aunque aclara que estos efectos varían en función de factores específicos. Aspectos como la edad de la víctima, la duración de la situación de emergencia, los problemas previos de salud mental o las pérdidas humanas y materiales influyen en la respuesta de cada individuo ante la tragedia.

Entre las secuelas más comunes, Ribes menciona los trastornos de ansiedad, problemas emocionales, insomnio, depresión y, en los casos más graves, síntomas de “TEP (trastorno de estrés postraumático)”, un tipo de trauma profundo que puede afectar la vida cotidiana. Este tipo de respuesta traumática se expresa de múltiples formas: la reexperimentación del evento en forma de recuerdos angustiosos o pesadillas, la evitación de lugares o situaciones asociadas al trauma, y pensamientos catastróficos recurrentes. La víctima puede vivir en un estado de “hipervigilancia” y experimentar una “respuesta de sobresalto” continua. Además, aparecen sentimientos negativos de miedo, culpa o rabia, que persisten hasta que la persona recibe el apoyo necesario para procesarlos.

“Las víctimas han recibido un shock muy fuerte y los psicólogos son un elemento clave para acompañar en esta situación traumática”.

El duelo prolongado: la espera y la negación

En eventos como la DANA, donde hay personas desaparecidas, el duelo se ve interrumpido por la esperanza de encontrar a los seres queridos, una situación que complica la recuperación. En este sentido, la psicóloga explica que el duelo en estos casos es un “duelo de evolución lenta” porque “las víctimas no pueden empezar a elaborarlo si no encuentran a la persona desaparecida”. Este hecho intensifica la fase de negación, pues “las víctimas aún no conciben lo sucedido”, y necesitan tiempo y apoyo inmediato para aceptar las pérdidas materiales y humanas que han sufrido.

Es en este momento que el papel de los psicólogos cobra especial importancia, ya que su presencia y apoyo pueden ayudar a iniciar el difícil proceso de aceptar y sobrellevar la pérdida. “Por ello es tan importante el apoyo inmediato de un psicólogo en la zona de los afectados”, enfatiza la psicóloga. Con su intervención, los profesionales pueden guiar a los sobrevivientes a atravesar las primeras etapas del duelo, al mismo tiempo que proporcionan un espacio seguro para expresar sus emociones y aliviar la carga del dolor.

La importancia del apoyo psicológico inmediato y a largo plazo

El primer contacto psicológico en estos contextos es crucial para ayudar a las víctimas a procesar el impacto del desastre. Los profesionales de salud mental especializados en emergencias y catástrofes son los encargados de ofrecer este acompañamiento, con técnicas diseñadas para manejar el shock inicial. Para muchas víctimas, estos primeros momentos de intervención son el primer paso para “procesar la experiencia”, y según la psicóloga, esta intervención “marca un antes y un después” en su recuperación, dado que “se promueve una mejor evolución de su salud mental”.

Durante este primer contacto, Ribes explica que “a través del acompañamiento y una efectiva escucha activa” los psicólogos “son el pilar en el que la persona se puede refugiar a nivel emocional”. Este proceso permite a la víctima verbalizar su dolor y expresar sus sentimientos sin miedo al juicio o a la incomprensión. En ocasiones, las víctimas pueden experimentar una serie de emociones intensas, como la culpa y la rabia, y es función del psicólogo transmitir que estos sentimientos “son totalmente válidos”.

En casos de niños, este apoyo inicial es aún más delicado, pues los profesionales deben adaptar su lenguaje y su comunicación a su nivel de comprensión y a la intensidad de la experiencia vivida. La psicóloga destaca que “cuando el profesional habla con niños, siempre adapta el lenguaje y la postura comunicativa”, para que el niño pueda sentirse seguro y comprendido en medio del caos.

A largo plazo, los psicólogos continúan brindando apoyo a las víctimas mediante seguimientos en los que se abordan las necesidades individuales de cada persona. La psicóloga explica que, dependiendo del caso, “las víctimas se derivan a psicólogos sanitarios especializados en duelo, familia, trauma o gestión emocional” para realizar un proceso terapéutico adaptado y “más personalizado”. De esta forma, la intervención inicial se completa con un seguimiento personalizado que permite a la víctima construir estrategias para sobrellevar el trauma y recuperar el equilibrio emocional.

“Cualquier persona que haya vivido un acontecimiento como lo sucedido en la provincia de Valencia es candidata para recibir ayuda psicológica sin tener señales explícitas”.

El papel de la comunidad y las familias en el apoyo emocional

Además del apoyo profesional, el entorno cercano también juega un papel relevante en el proceso de recuperación de las víctimas. Las familias y los amigos pueden brindar consuelo de diversas maneras, aunque es importante evitar comentarios que puedan invalidar o minimizar el dolor de la víctima. Según la psicóloga, una de las preguntas más útiles para estos casos es: “¿Qué necesitas?”. Esta simple pregunta permite a la persona expresar sus necesidades sin sentirse presionada a verbalizar sentimientos para los que quizás aún no esté preparada.

La psicóloga advierte que ciertas frases, aunque bien intencionadas, pueden ser contraproducentes. Expresiones como “todo irá bien” o “no te preocupes” pueden parecer insensibles en este contexto, ya que las víctimas requieren, ante todo, “escucha y comprensión ante la situación”. En momentos así, la empatía es clave para ofrecer un apoyo efectivo que acompañe, sin forzar, el proceso de sanación.

“No podemos dar por sentado que esa persona necesita hablar o necesita escuchar ciertas frases alentadoras, puesto que cada persona es diferente y ante un evento traumático tendrá unas necesidades”.

Reconociendo las señales de alerta y la importancia del autocuidado en los rescatistas

Finalmente, la psicóloga destaca que no solo las víctimas directas del desastre requieren apoyo psicológico, sino también los equipos de rescate y voluntarios que participaron en las labores de ayuda. Estos profesionales y voluntarios pueden sufrir agotamiento emocional al presenciar las condiciones de los lugares afectados y de las personas heridas o fallecidas. Este agotamiento suele empeorar con el estrés de la situación y la sobreinformación continuada durante días, factores que dificultan la desconexión.

En cuanto a las recomendaciones para prevenir el agotamiento emocional, la psicóloga sugiere “desconectar de las redes sociales y medios de comunicación a lo largo del día, descansar y mantener solo el contacto con familiares y amigos”. Para quienes están expuestos a estas escenas de forma constante, el autocuidado es fundamental para evitar que el peso de las emociones acumuladas derive en problemas psicológicos.

Al observar la tragedia desde una perspectiva psicológica, es evidente que el impacto de un desastre no desaparece con el paso del tiempo. La intervención inmediata de los psicólogos es vital para estabilizar a las víctimas, reducir el impacto del trauma y ofrecer una esperanza para su recuperación a largo plazo. En palabras de la psicóloga entrevistada: “Cuidarse es también valorar sus esfuerzos”, tanto para los afectados como para quienes están en la primera línea de ayuda.

Con información de Muy Interesante