Un equipo internacional de investigadores identificó una reducción progresiva en la inteligencia, el oído y el olfato de los grandes dinosaurios cornudos a medida que evolucionaron y aumentaron su tamaño a lo largo de millones de años.
El estudio, liderado por expertos de China y Estados Unidos y publicado en la revista científica Paleobiology, detalla que los primeros ceratopsianos, pequeños dinosaurios herbívoros del Jurásico y Cretácico, poseían cerebros relativamente grandes y sentidos más agudos en comparación con sus descendientes del Cretácico tardío.
Inicialmente, estos dinosaurios caminaban sobre dos patas y alcanzaban longitudes de entre uno y dos metros, como el Psittacosaurus y el Yinlong, un ceratopsiano conocido en China por su cráneo triangular.
Sin embargo, con el tiempo, evolucionaron hasta convertirse en animales cuadrúpedos que podían medir hasta nueve metros, como el Triceratops, dotado de defensas físicas para enfrentarse a depredadores como el Tyrannosaurus rex.
Los científicos utilizaron tomografías computarizadas para analizar las cavidades craneales de fósiles, reconstruyendo así el tamaño cerebral de diferentes especies.
Según Han Fenglu, profesor asociado de la Universidad China de Geociencias, estos cambios estuvieron relacionados con la disminución de la vulnerabilidad a los depredadores.
“A medida que los ceratopsianos crecían, la necesidad de mantenerse alerta disminuía, lo que causó un deterioro de las funciones sensoriales menos utilizadas”, explicó Han, citado por el rotativo hongkonés South China Morning Post.
Los investigadores destacan que este fenómeno podría tener implicaciones para los humanos, cuya cada vez mayor dependencia de la tecnología plantea algunas dudas sobre la conservación de capacidades sensoriales y cognitivas esenciales.
“La evolución de los dinosaurios nos recuerda la importancia de no depender en exceso de herramientas tecnológicas”, advirtió Han, quien subrayó que, a diferencia de los dinosaurios, los humanos poseen la capacidad de gestionar su comportamiento y elecciones para evitar una degradación similar.
El estudio concluye que, al igual que algunos herbívoros actuales no requieren altas capacidades intelectuales para sobrevivir, el entorno seguro y el gran tamaño alcanzado por los ceratopsianos hicieron innecesarias ciertas adaptaciones iniciales, marcando un contraste con los carnívoros sociales, cuya inteligencia les permite coordinar estrategias de caza.
Vía: EFE