Casi tres millones de hogares en España destinan un gasto excesivo a la vivienda, lo que lleva al 14,1 % de las familias españolas a caer en una situación de pobreza severa, según un informe de Cáritas y la fundación Foessa.
El avance de los resultados de su sexta Encuesta sobre Integración y Necesidades Sociales, realizada el pasado semestre a 12.500 hogares y que se presentó este martes, muestra cómo la exclusión residencial es uno de los problemas que «más ha empeorado» en España en 2024.
El sobreesfuerzo por los costes de la vivienda afecta a 6,8 millones de personas (el 14,1% de la población), un 1,7 % más que en 2018 y casi un 9 % más que en la crisis financiera de 2007. El 20% de los hogares con menor renta dedican hoy en día más del 70% de sus ingresos al pago del alquiler de su vivienda.
El secretario técnico de Foessa, Raúl Flores, destacó que el problema de la vivienda es «una crisis real y de gran intensidad» que afecta, en mayor o menor medida, a uno de cada cuatro hogares en el país, y que empuja a los más vulnerables a la exclusión social.
En ese sentido, la encuesta revela que 9,4 millones de personas (19,3 %) se encuentran actualmente en situación de exclusión en España, dos millones más que en 2007.
«Hemos sido incapaces de superar las consecuencias que originó la crisis financiera que tuvo lugar hace más de una década», resaltó Natalia Peiro, secretaria general de Cáritas España, para quien la exclusión social es un problema de «claro carácter estructural» agravado por «la incapacidad de la economía y de las políticas para romper los ciclos de pobreza».
«El empleo ha dejado de ser un antídoto infalible»
El secretario técnico de Foessa hizo hincapié en las dificultades de acceso a un empleo para determinados sectores de la población y denunció que ha crecido «un empleo con baja remuneración y poca estabilidad», a los que optan las personas más vulnerables o migrantes.
«El empleo ha dejado de ser un antídoto infalible frente a la exclusión social», recuerda la fundación, ya que el número de hogares cuya principal persona sustentadora tiene un empleo irregular (sin contrato y sin cobertura en la seguridad social) ha pasado de 1,3% en 2018 a 2,2% en 2024, y la inestabilidad laboral grave ha ascendido del 4,8% al 5,9%.
Por grupos de edad y género, los más jóvenes y las mujeres son los que más han empeorado su situación. La infancia ha visto cómo la exclusión social severa le afecta más del doble ahora que en 2007, mientras que las familias con mujeres al frente se ven un 34 % más afectadas que los hogares encabezados por los hombres.
La mayor exposición a la exclusión social también se encuentra fuertemente asociada a determinados tipos de hogar, especialmente las familias monoparentales (29 %), a las familias con menores de 24 años (24 %), y a aquellas familias con alguna persona con discapacidad (24 %).
Vía: EFE