Slugging: práctica milenaria que combate la resequedad cutánea

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Foto: Archivo

El slugging, una técnica de cuidado de la piel que consiste en aplicar una capa oclusiva de vaselina u otro emoliente pesado como último paso de la rutina nocturna, se ha popularizado por sus beneficios para la hidratación. Sin embargo, como toda tendencia, tiene ventajas y desventajas.

Pros del Slugging

Hidratación profunda: al formar una barrera oclusiva sobre la piel, el slugging evita la pérdida de agua transepidérmica, ayudando a retener la humedad. Esto es especialmente beneficioso para pieles secas o dañadas.

Reparación de la barrera cutánea: la técnica puede ser ideal para pieles con tendencia a irritaciones o sensibilidades, ya que favorece la regeneración de la barrera protectora.
Asequible y accesible: los productos comunes utilizados en el slugging, como la vaselina, son económicos y están disponibles en la mayoría de las farmacias.
Versatilidad: es adecuada para múltiples tipos de piel, especialmente en climas fríos o durante épocas de resequedad extrema.
Compatible con tratamientos: puede potenciar la efectividad de otros productos aplicados previamente, como serums o humectantes, al sellarlos y maximizar su absorción.

Contras del Slugging

No apto para pieles grasas o acneicas: la oclusión puede atrapar el sebo y bacterias, lo que podría agravar el acné o causar brotes.

Sensación pesada: algunas personas encuentran incómodo el uso de una capa densa en la piel durante la noche.

Posibilidad de obstrucción de poros: aunque la vaselina en sí no es comedogénica, el slugging puede contribuir a la formación de puntos negros si no se realiza sobre una piel limpia.

Incompatibilidad con ciertos activos: el slugging puede intensificar la absorción de activos irritantes como retinol o ácidos exfoliantes, aumentando el riesgo de irritación.

Uso innecesario para pieles normales: en pieles equilibradas, podría generar una sensación de sobrecarga y no ofrecer beneficios significativos.

Con información de 2001