El Parlamento de Grecia fracasó este jueves en su tercer intento de elegir un nuevo presidente de la República, ya que ninguno de los cuatro candidatos logró alcanzar la mayoría de dos tercios necesaria en esta tercera votación.
Pese a que en esta votación la mayoría necesaria para elegir un nuevo jefe de Estado era menor que en las dos anteriores del pasado 25 y 31 de enero -180 votos a favor en lugar de 200-, ninguno de los candidatos alcanzó esta cifra.
El aspirante favorito, el conservador Konstantinos Tasoulas, exministro de Cultura y hasta mediados de enero presidente del Parlamento, reunió 160 votos, exactamente la misma cantidad que en las dos primeras votaciones.
Los 156 diputados de la conservadora y gobernante Nueva Democracia (ND), partido del primer ministro griego, Kyriakos Mitsotakis, volvieron a respaldar su candidatura, así como otros cuatro diputados independientes.
Los otros tres candidatos de la oposición recibieron también el mismo respaldo que en las primeras dos votaciones.
La exministra de Finanzas y de Trabajo Luka Katseli, candidata del izquierdista Syriza, recibió 40 votos a favor, mientras que Tasos Yannitsis, exministro de Exteriores propuesto por los socialistas de Pasok, la principal fuerza opositora, reunió 34 votos.
El abogado y escritor Kostas Kyriakou, quien fue torturado y encarcelado por el régimen comunista de Enver Hoxha en Albania y fue propuesto por la nacionalista y ultraortodoxa Niki, consiguió el respaldo de 10 diputados.
Se espera que en la cuarta votación fijada para el próximo 12 de febrero Tasulas, de 65 años, sea elegido como nuevo presidente de Grecia, ya que en este ocasión será suficiente una mayoría absoluta simple, es decir, al menos 151 de los 300 parlamentarios.
El también exviceministro de Defensa y diputado de ND desde el 2000 sucedería así en el cargo de jefe de Estado a la actual presidenta de Grecia, Katerina Sakelaropulu, cuyo mandato de cinco años termina en marzo.
Pese al cargo más bien protocolario, el presidente helénico tiene un significativo peso político y en el pasado hubo ocasiones en las que el jefe de Estado se negó a firmar decretos necesarios para que entraran en vigor reformas del Gobierno.
Con información de EFE