La organización no gubernamental Médicos Sin Fronteras (MSF) denunció este miércoles que, transcurridas cuatro semanas desde la entrada en vigor del acuerdo de alto el fuego entre Israel y el grupo islamista Hamás, sigue sin producirse el aumento “masivo” de ayuda humanitaria necesario en el norte de la Franja de Gaza.
La coordinadora de emergencias de MSF, Caroline Seguin, compartió sus impresiones desde el terreno en un comunicado remitido por la organización, en el que pidió que Israel garantice urgentemente la entrega de suministros vitales, como refugio y alimentos.
Este lunes Hamás anunció que suspendía el canje de rehenes debido a supuestos incumplimientos del alto el fuego por parte de Israel, al que acusa, entre otros motivos, de impedir la entrada de “suministros esenciales” a Gaza, como tiendas de campaña, casas prefabricadas, combustible y equipos necesarios para la remoción de escombros y la recuperación de cadáveres.
“El flujo de suministros vitales ha mejorado desde el alto el fuego, pero el nivel de necesidades es tan alto que la población sigue careciendo de artículos básicos”, informó Seguin.
Los equipos de MSF han podido entrar en el norte de Gaza, donde el nivel de destrucción es “total”, según su coordinadora, que dijo haber encontrado “solamente ruinas y olor a muerte por todas partes” por los cadáveres que siguen atrapados bajo los escombros.
Incidió también en el “devastador” estado en que hallaron los hospitales del norte de la Franja, donde dice que ya no hay sistema sanitario.
“Nos quedamos estupefactos al observar que en el Hospital Indonesio (que está gravemente dañado y solo funciona parcialmente) todas las máquinas parecían haber sido destruidas deliberadamente; las hicieron pedazos, una a una, para asegurarse de que ya no se pudiera prestar atención médica. Cabe preguntarse cuál es la motivación de semejante acción”, denunció.
Seguin detalló que la asistencia médica es “muy insuficiente”: entre el norte de Gaza y Ciudad de Gaza solo hay seis camas de cuidados intensivos pediátricos, frente a las 150 que había antes de la guerra, y el número de camas hospitalarias para pacientes pasó de 2000 a 350.
Otro de los desafíos en la zona, según la coordinación de MSF, es la escasez de agua, que se está intentando paliar con camiones cisterna, pero se trata de una “solución temporal” que no es suficiente para cubrir las necesidades “masivas” de la población.
A esto se suma que los gazatíes viven en condiciones “terribles”, haciendo frente a temperaturas muy bajas, lluvias torrenciales y fuertes vientos sin muros alrededor para protegerse, porque se están asentando en los escombros de sus casas.
Sin embargo, Seguin recordó que las condiciones durante los 15 meses de guerra fueron “aún peores” y “no tienen intención de marcharse” de Gaza porque necesitan reunirse con sus seres queridos y reconstruir su vida.
Con información de EFE