Revelan el por qué el pez diablo negro fue hallado en superficie

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Foto: Archivo

Hace algunos días se conocía la histórica noticia del avistamiento de un diablo negro en las costas de la isla de Tenerife. Este pez abisal, que vive en las profundidades del fondo marino, se dejó ver en la superficie y a plena luz del día, donde un grupo de biólogos marinos pudo fotografiarlo. El interés por lo que se esconde bajo los océanos provocó que rápidamente apareciesen en las redes sociales multitud de interacciones en las que se hipotetizaba sobre el motivo que habría llevado al animal a nadar tan lejos de su hábitat natural; tampoco faltaron los memes o incluso algún poema dedicado a la criatura abisal, que murió a las pocas horas.

Su cuerpo fue donado al Museo de Naturaleza y Arqueología de Tenerife con el objetivo de seguir estudiándolo. Entre los factores que podrían haber causado su muerte, los expertos señalan cambios súbitos en las corrientes oceánicas, condiciones ambientales adversas o alguna enfermedad.

El descubrimiento se produjo en la costa de la playa San Juan, en el municipio tinerfeño de Guía de Isora, el pasado 26 de enero. Un grupo de científicos de la ONG Condrik-Tenerife estaban realizando una campana de investigación sobre tiburone pelágicos cuando avistaron este ejemplar de Melanocetus Johnsonii. Tal y como explica la biológica Laia Valor, que fue la primera que detectó al animal, hasta el momento en la superficie solo se habían encontrado larvas o ejemplares adultos muertos. Sus compañeros Marc Martín, Antonio Sabuco y David Jara, también biológicos y fotógrafos de la asociación, registraron las inusuales imágenes del diablo negro.

“Era más un buñuelo negro que un monstruo”

Son muchas las personas que, tras ver las fotografías s del rape abisal, han recordado la mítica escena de Buscando a Nemo en la que esta criatura ataca a Marlin y Dory mientras buscan al pequeño pez payaso. Debido al gran tamaño que el animal tiene en la película, se ha creído que podría tratarse de un verdadero monstruo marino. Sin embargo, el fotógrafo David Jara, a través de un vídeo publicado recientemente en su cuenta de TikTok (@jara.natura), ha demostrado el tamaño real del pez: “No medía más de 6 centímetros. Era más un buñuelo negro que un monstruo negro”.

Su aspecto amenazador, con su pronunciada dentadura con colmillos afilados, también ha provocado que muchas personas se pregunten cómo fue la actitud del animal al encontrarse con los biólogos. “En ningún momento nos atacó ni hizo amago de atacarnos. Su peligrosidad era igual a menos cero”, destaca David Jara; además, añade que el ejemplar “estaba más desorientado que cualquier otra cosa”. De su apariencia también destaca su apéndice con capacidad de bioluminiscencia, que sirve como cebo o engaño para captar a sus víctimas, puesto que es un depredador marino: “Se trata de una hembra, ya que los machos no pasan de dos o tres centímetros de largo y, además, no disponen de esa antena tan característica”, señala el autor de las imágenes.

El rape abisal suele encontrarse entre los 200 y los 2.000 metros de profundidad, por lo que su avistamiento en la superficie, estando aún vivo, ha sido un acontecimiento totalmente inédito. Por este motivo, comenzó a extenderse por internet la teoría de que la presencia del animal a esta altura estaba provocado por el cambio climático; sin embargo, David Jara lo desmiente por completo: “[Estas hipótesis] me parecen pretenciosas y hablar de que viene el apocalipsis me parece surrealista y absurdo”.

Por el contrario, el fotógrafo ha señalado las principales que los expertos barajan por el momento: “Que el animal estuviera enfermo, que hubiese sido arrastrado por una corriente ascendente o que estuviera huyendo de algún depredador. Incluso algunos investigadores han hipotetizado sobre la idea de que podría haber ingerido algún pez y que, en el momento de la digestión de su vejiga natatoria, estos gases podrían haberle hecho ascender hasta la superficie”.

Con información de Infobae