Un reciente informe de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), publicado el 12 de febrero de 2025, destaca que en el Caribe se consume casi el doble de la cantidad de sodio recomendada por la Organización Mundial de la Salud (OMS), que es de menos de 5 gramos de sal (2 gramos de sodio) al día. Este consumo excesivo de sal está vinculado al desarrollo de enfermedades cardiovasculares y otras enfermedades no transmisibles (ENT).
El informe subraya la necesidad urgente de implementar estrategias como la reducción obligatoria del contenido de sodio en los alimentos, el etiquetado frontal de advertencia y la regulación de la publicidad de productos altos en sodio.
En línea con estas recomendaciones, la OMS ha propuesto el uso de sustitutos de la sal enriquecidos con potasio como una medida efectiva para reducir la ingesta de sodio. Estos sustitutos reemplazan parte del cloruro de sodio por cloruro de potasio, manteniendo un sabor similar al de la sal común.
El aumento de la ingesta de potasio, junto con la reducción del sodio, puede ayudar a disminuir la presión arterial y reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares. Sin embargo, es importante destacar que las personas con enfermedad renal avanzada deben consultar a un profesional de la salud antes de utilizar estos sustitutos, ya que un exceso de potasio puede ser perjudicial en su caso.
Además, la OMS ha identificado que el consumo elevado de sodio está asociado con otros problemas de salud, como el cáncer gástrico, la obesidad, la osteoporosis y enfermedades renales. Se estima que 1,89 millones de muertes anuales están relacionadas con el consumo excesivo de sodio. Por lo tanto, la reducción de la ingesta de sal es una de las medidas más costoeficaces para mejorar la salud pública y reducir la carga de las ENT.
Para abordar este desafío, la OMS y la OPS han desarrollado diversas herramientas y guías técnicas destinadas a ayudar a los países a implementar políticas efectivas de reducción de sodio. Entre ellas se encuentra la guía técnica SHAKE, que ofrece estrategias para reducir el consumo de sal en la población. Estas iniciativas buscan promover la reformulación de productos alimenticios, establecer normas claras de etiquetado y educar a la población sobre los riesgos asociados al consumo excesivo de sal.
Con información de 2001