Aunque es originaria de Eurasia y el norte de África, esta hortaliza ha extendido su cultivo por todo el mundo hasta convertirse en un alimento fundamental en la dieta de muchas culturas. Además de su versatilidad culinaria, la zanahoria cuenta con un alto contenido nutricional y los múltiples beneficios que aporta a la salud.
La zanahoria es una fuente rica en nutrientes esenciales que favorecen el bienestar del organismo, según indican los informes de la Fundación Española de Nutrición (FEN). Está compuesta de aproximadamente un 88% de agua, lo que la convierte en un alimento muy hidratante y bajo en calorías. Además, aporta alrededor de 7 gramos de carbohidratos por cada 100 gramos, principalmente en forma de azúcares naturales como la sacarosa y la glucosa, proporcionando energía al cuerpo.
Uno de los componentes más importantes de la zanahoria es su fibra dietética, con aproximadamente 2,9 gramos por cada 100 gramos. La fibra contribuye a la salud digestiva y ayuda a regular el tránsito intestinal. También contiene vitaminas esenciales, como la vitamina A, derivada del betacaroteno, que es crucial para la salud visual, el sistema inmunológico y la piel. Otras vitaminas presentes incluyen la vitamina K, que participa en la coagulación sanguínea y el mantenimiento óseo, la vitamina C, con propiedades antioxidantes, y varias vitaminas del grupo B, que intervienen en el metabolismo energético y la función cerebral.
En cuanto a los minerales, la zanahoria es una buena fuente de potasio, que regula el equilibrio de líquidos y favorece la función muscular y nerviosa. También contiene manganeso, necesario para el metabolismo de aminoácidos y carbohidratos, y fósforo, esencial para la estructura ósea y la producción de energía.
Beneficios para la salud de las zanahorias
El consumo regular de zanahorias está relacionado con diversos beneficios para la salud. Uno de los más destacados es su impacto positivo en la visión, gracias a su alto contenido de betacaroteno, que el cuerpo convierte en vitamina A, explica la FEN. Este nutriente es fundamental para la producción de rodopsina, un pigmento que ayuda a la visión nocturna y previene enfermedades oculares como la ceguera nocturna.
Las zanahorias también poseen propiedades antioxidantes, ya que contienen betacaroteno y vitamina C, los cuales neutralizan los radicales libres y reducen el riesgo de enfermedades crónicas como el cáncer y las afecciones cardiovasculares. Además, su contenido de potasio contribuye a la salud del corazón, ayudando a regular la presión arterial y reducir los niveles de colesterol LDL, el conocido “colesterol malo”.
En términos de salud digestiva, la fibra presente en las zanahorias favorece el tránsito intestinal, previniendo el estreñimiento y promoviendo una digestión saludable. También fortalecen el sistema inmunológico, ya que sus antioxidantes y la vitamina C mejoran la capacidad del organismo para combatir infecciones y enfermedades.
Otro beneficio notable es su impacto en la salud de la piel, ya que el betacaroteno y la vitamina C contribuyen a la regeneración celular, protegiendo la piel contra los daños del sol y promoviendo la cicatrización de heridas.
Contraindicaciones de las zanahorias
Aunque la zanahoria es un alimento seguro y beneficioso para la mayoría de las personas, es importante considerar algunas precauciones. Uno de los efectos secundarios más comunes de su consumo excesivo es la carotenemia, una condición inofensiva pero llamativa que provoca una coloración amarillenta o anaranjada en la piel, especialmente en las palmas de las manos y las plantas de los pies. Esta alteración desaparece al reducir la ingesta de betacaroteno.
Algunas personas pueden experimentar reacciones alérgicas a las zanahorias, lo que se manifiesta con síntomas como picazón, hinchazón en la boca o garganta, y en casos extremos, anafilaxia. Quienes tienen alergia a otros vegetales de la familia Apiaceae, como el apio o el perejil, deben tener especial cuidado con su consumo.
Por otro lado, la zanahoria contiene vitamina K, un nutriente que puede interferir con los medicamentos anticoagulantes como la warfarina. Las personas que toman este tipo de medicación deben consultar con su médico antes de aumentar su consumo de zanahorias u otros alimentos ricos en esta vitamina.
Con información de Infobae