En el país se ha normalizado que las personas divulguen sus claves de la tarjeta de débito y su cédula de identidad al momento de realizar una compra con punto de venta. Algo que para otras naciones representan un alto riesgo de seguridad, los venezolanos lo hacen como un gesto cotidiano, a pesar de que esto ha dado pie a la proliferación de estafas y robos digitales.
Especialistas en comercio electrónico, seguridad e informática, alertan que, en la actualidad, la población peca de crédula y hay usuarios que incluso prestan sus tarjetas y cuentas bancarias sin medir los riesgos que esto representa, como informó La Prensa de Lara.
Esta práctica se viene dando en Venezuela desde 2016, en el momento en que aumentaron las transacciones electrónicas por la escasez de bolívares en efectivo, y se intensificó con la pandemia. Los comercios comenzaron a solicitar las claves bancarias de las tarjetas a “vox populi” para agilizar las filas de personas al momento de pagar, y los venezolanos se acostumbraron a no tener privacidad sobre esa información por comodidad.
“La documentación es personal, que no la debe saber nadie. Esto les ha facilitado a los delincuentes el robo de identidad”, opinó Dioni López, sociólogo, ya que este comportamiento se da en el estado Lara y se repite en cada rincón del país. Claudio Rivas, secretario de la Federación de Trabajadores Bancarios (Fetrabanca), asegura que es frecuente el robo de tarjetas de débito. A veces, a las personas le entregan otra tarjeta luego de hacer la transacción sin que se den cuenta, o incluso en zonas de la capital como Catia, El Valle, El Cementerio han aumentado robos de bolsos, carteras y celulares, porque los antisociales saben que las personas suelen tener guardadas ahí sus claves bancarias sin ninguna previsión.