Efectos de las bebidas energéticas en menores y adolescentes

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Foto: Archivo

Las bebidas energéticas se han vuelto cada vez más populares entre los menores y adolescentes, pero diversos estudios han señalado riesgos significativos para su salud. Estos productos contienen altas concentraciones de cafeína, azúcar y otros estimulantes, como la taurina y el guaraná, que pueden afectar negativamente el desarrollo físico y mental de los jóvenes.

Uno de los principales efectos de las bebidas energéticas es el impacto en el sistema cardiovascular. Investigaciones han demostrado que el consumo excesivo de cafeína puede provocar un aumento en la presión arterial y la frecuencia cardíaca, lo que eleva el riesgo de problemas cardiovasculares. Un estudio publicado en Pediatrics encontró que adolescentes que consumían estas bebidas con regularidad experimentaban más episodios de palpitaciones y presión arterial elevada en comparación con aquellos que no las ingerían.

Otro problema relevante es el efecto en el sistema nervioso. La cafeína en dosis elevadas puede causar insomnio, ansiedad y cambios de humor. Un estudio realizado por la Universidad de Yale reveló que los adolescentes que consumían bebidas energéticas con frecuencia tenían 66% mayor probabilidad de tener mayores niveles de estrés, hiperactividad y dificultades para concentrarse en comparación con sus pares que evitaban estos productos. Además, el consumo excesivo puede generar dependencia, lo que lleva a síntomas de abstinencia como dolores de cabeza y fatiga.

El alto contenido de azúcar en muchas de estas bebidas también es motivo de preocupación. Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), el consumo frecuente de bebidas azucaradas contribuye a la obesidad y aumenta el riesgo de diabetes tipo 2 en adolescentes.

Dada la creciente evidencia de los riesgos asociados, algunos países han implementado regulaciones para limitar la venta de bebidas energéticas a menores de edad. Expertos recomiendan que los adolescentes eviten su consumo y opten por alternativas más saludables, como agua, jugos naturales o alimentos ricos en nutrientes que proporcionen energía de manera natural.

Con información de 2001