En un sorprendente hallazgo, investigadores han descubierto que los humanos introdujeron peces en los lagos de alta montaña de los Pirineos hace aproximadamente 1.600 años, mucho antes de lo que se pensaba. Según informó El País, un estudio reciente ha identificado material genético de parásitos de peces en el sedimento de un lago pirenaico, lo que sugiere que la presencia de peces en estas aguas se remonta al siglo VII. Este descubrimiento desafía las creencias previas basadas en registros históricos que situaban la introducción de peces en estos lagos en los siglos XIV y XV.
El ADN antiguo como herramienta de investigación
El estudio, publicado en Nature Communications, se basó en el análisis de ADN antiguo presente en el barro del lago Redon, ubicado a 2.240 metros (7.349 pies) sobre el nivel del mar en los Pirineos Centrales. La investigadora Elena Fagín, del CREAF, explicó que la orografía y la gravedad habrían impedido la llegada natural de especies ictícolas, como los salmónidos, a estos lagos.
Sin embargo, el análisis del sedimento reveló la presencia de ectoparásitos de peces desde el siglo VII, lo que indica que los peces fueron introducidos por humanos, posiblemente pastores que buscaban recursos alimenticios en las alturas.
Un lago aislado y su historia sedimentaria
El lago Redon, de origen glacial y sin cuerpos de agua cercanos, ha sido objeto de estudio durante décadas. Jordi Catalan, investigador del CSIC en el CREAF y autor sénior del estudio, dedicó 42 años a investigar este lago, que conserva sedimentos de hasta 10.000 años de antigüedad.
Estos sedimentos proporcionaron información valiosa sobre la actividad humana y los cambios ambientales en la región. Según publicó El País, el análisis del fango reveló rastros de actividad ganadera, contaminación por plomo de la época romana y la presencia de microplásticos en tiempos más recientes.
El medio El País detalló que, aunque no se encontraron restos físicos de peces en el lago Redon, la presencia de parásitos en el sedimento sugiere que los peces fueron introducidos mucho antes de lo que los registros históricos indicaban.
Durante el reinado del emperador Maximiliano I del Sacro Imperio Romano Germánico, se documentó la introducción de peces en lagos del Tirol. Sin embargo, el estudio sugiere que esta práctica ya se realizaba en los Pirineos siglos antes, posiblemente por pastores que llevaban peces para asegurar su sustento en las montañas.
El papel de los pastores en la introducción de peces
La introducción de peces en los lagos de alta montaña parece haber sido una estrategia de supervivencia para los pastores que subían a las cumbres en busca de pastos frescos durante el verano. El País informó que, aunque no existen registros escritos de esta práctica en el siglo VII, es probable que los pastores transportaran peces para complementar su dieta. Con el tiempo, la pesca en estos lagos se oficializó, otorgando derechos exclusivos a ciertas familias para explotar los recursos pesqueros.
El estudio del lago Redon no solo reveló la temprana introducción de peces, sino que también ha proporcionado una ventana al pasado ambiental y humano de la región. Según consignó el medio El País, el análisis del sedimento ha permitido reconstruir el clima desde la última glaciación y comparar el calentamiento actual con eventos pasados. Además, ha mostrado cómo el polvo sahariano ha influido en la neutralización de la lluvia ácida y la presencia de contaminantes persistentes.
Conclusiones del estudio
El descubrimiento de ADN de parásitos de peces en el lago Redon abrió nuevas perspectivas sobre la historia de la introducción de especies en los lagos de alta montaña. Este hallazgo no solo desafía las creencias históricas, sino que también destaca la importancia de las técnicas de ADN antiguo para comprender la interacción humana con el medio ambiente a lo largo de los siglos.
A su vez, la investigación continúa, y los científicos esperan seguir desentrañando los secretos que el sedimento del lago Redon aún guarda.
Con información de Infobae