La envidia es uno de los siete pecados capitales. Es un sentimiento o estado mental en el cual existe dolor o desdicha por no poseer uno mismo lo que tiene el otro, sea en bienes, cualidades superiores u otra clase de cosas tangibles e intangibles.
Según la Inteligencia Artificial, ésta puede tener un impacto negativo en la salud mental, aumentando el riesgo de ansiedad, depresión y otros trastornos emocionales.
Por otra parte, el diccionario de la Real Academia Española (RAE) lo define como una tristeza o pesar del bien ajeno, incluso, como el deseo de algo que no se posee.
Este sentimiento que puede hacerse presente tanto en hombres como en mujeres de distintas edades y sin importar su raza, credo o condición social, afecta la salud física y mental.
¿Qué hay detrás de la envidia?
Este es un sentimiento que nace de otro sentimiento, el de inferioridad, ante la comparación entre sujetos, por ejemplo. Esto es bastante común en la actualidad gracias a la influencia que ejercen las redes sociales en niños, jóvenes e incluso adultos.
Y es que generalmente este sentimiento está dirigido hacia personas que se encuentran en niveles y estratos relativamente semejantes a los propios. Aunque también puede despertar esa sensación por quienes están a niveles muy superiores.
En tal sentido, este sentimiento arraigado en la naturaleza humana esconde el deseo no de querer lo que tiene el otro, sino el deseo de que el otro, el envidiado, no tenga lo que tiene, refiere Infobae.
Es decir, no es cierto que exista la llamada “envidia sana”, esto a final de cuenta, es envidia, con el mismo rencor de siempre y la misma mala actitud; así le coloques la etiqueta que quieras.
Consecuencias
Este es un sentimiento negativo que hace parte de la baja autoestima que tiene la persona de sí misma, y sus propias inseguridades. Por tanto, sus efectos o consecuencias pueden ser devastadores, sobre todo para aquel que los sufra, tanto en el terreno mental como en el físico.
Las personas envidiosas recurren a muchas mañas para lograr lo que otros tienen: desde cosas materiales como amor, hijos y familia; entre otras cosas. Esa manera de actuar, ese sentimiento negativo es dañino para quien lo vive y puede causar además de resentimiento, ira, dolor, mal genio y frustración.
Cuando esto ocurre, es común que la persona viva amargada, enfadada, con el ceño fruncido, y en consecuencia, aparecen las líneas de expresión y las arrugas.
Además, sus efectos terminan por desencadenar enfermedades, dolencias y afecciones físicas. Esto puede suponer un factor de riesgo para sufrir problemas de salud como hipertensión arterial, cefaleas, alteraciones digestivas e insomnio.
Por otra parte, esta actitud tiene un fuerte impacto en el bienestar y el estado mental de la persona, según webconsultas.
Con información de 2001