Jardín Botánico de Caracas se convierte en primer observatorio de aves urbanas

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Foto: Archivo

En Venezuela se desarrolla un proyecto que tiene como eje de acción el estudio, monitoreo y observación de aves urbanas como un aporte esencial para la mitigación del cambio climático, al entender el valor fundamental que tienen las especies para la vida en el planeta.

Este proyecto es liderado por la investigadora y docente del Laboratorio de Biología y Conservación de Aves del Instituto de Zoología y Ecología Tropical de la Facultad de Ciencias de la Universidad Central de Venezuela, Sandra Giner.

El estudio, que se realiza desde octubre de 2024, es promovido por el Ministerio del Poder Popular para Ciencia y Tecnología a través del Fondo Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Fonacit), y lleva por nombre: Las aves del Jardín Botánico de Caracas y sus beneficios conjuntos en el primer Observatorio de Aves Urbano de Venezuela.

La experta recordó que, hasta la fecha, el único monitoreo continúo de aves migratorias lo realizan desde hace más de 30 años, en Rancho Grande, en el Parque Nacional Henri Pittier. “Para conocer el estado de las poblaciones de aves en el país necesitamos hacer monitoreo”.

Una de las estrategias del proyecto es la capacitación de voluntarios que acompañarán al equipo de profesionales en la tarea. Para este fin, en el mes de abril se realizó un taller de introducción a los métodos de campo para el monitoreo de aves, que contó con la presencia de jóvenes estudiantes de carreras como Biología, Veterinaria e Ingeniería en Recursos Naturales Renovables, pertenecientes a la Universidad Central de Venezuela, Universidad Simón Bolívar y la Universidad Nacional Experimental de los Llanos Occidentales Ezequiel Zamora (Unellez).

Giner explicó que el primer objetivo de este proyecto es “establecer la diversidad y la composición de especies de las comunidades de aves en los diferentes hábitats que están presentes en el Jardín Botánico”, esto permitirá avanzar hacia la evaluación de la fenología de las aves residentes y migratorias en el tiempo y también diseñar un protocolo estandarizado para lo que son los estudios de monitoreo de aves en estaciones de anillado en áreas urbanas.

Comentó que el Jardín Botánico de Caracas es un refugio de aves, plantas y de otras especies, con gran valor para la ciudad «en la medida que tenemos más espacios verdes en la ciudad estamos contribuyendo con la mitigación del calentamiento global y, bueno, la idea es promover que dentro de la ciudad se multipliquen las áreas verdes que pueden favorecer, justamente, la diversidad de especies”.

Aves urbanas y migratorias

Armados de sus herramientas de trabajo, los investigadores bordean espacios del Jardín Botánico donde se instalan redes de neblina para la captura de las aves que hacen parte de este espacio natural. La tarea se hace con suma delicadeza, las redes no deben tensarse y tampoco superar ciertas alturas, para evitar que las aves al chocar con ellas sufran daños.

“Tenemos muchas aves que, si bien no podemos decir que son invasoras, antes no eran tan comunes pero se ve que están expandiendo su área de distribución y ahora están llegando a Caracas, por ejemplo, el alcaraván era una ave que, hace muchos años, no se veía y ahora lo podemos ver en muchos espacios de la ciudad”, precisó Giner.

Fuente: Mincyt