En el estado Apure todo está listo para una de sus celebraciones religiosas más significativas del año, como es la Semana Santa, con la veneración de la imagen del Nazareno de Achaguas. Esta manifestación de fe emerge como un evento de profunda significación cultural y espiritual, que atrae a miles de peregrinos y visitantes de todas partes a esta población llanera.
Historia y devoción
La historia del Nazareno de Achaguas se remonta a la época de la Guerra de Independencia de Venezuela. Se cuenta que el general José Antonio Páez, antes de la batalla de Carabobo en 1821, oró en la iglesia de Achaguas y prometió donar una imagen de Jesús Nazareno si lograba la victoria.
En 1835, el general Páez cumplió su promesa y la imagen, tallada por el escultor venezolano oriundo de Apure José de la Merced Rada, llegó a Achaguas.
La obra en madera es una réplica del Nazareno de San Pablo, pero va acompañada por el Cirineo.
Desde entonces, la imagen del Nazareno ha sido objeto de gran devoción, a la cual se le atribuyen numerosos milagros, lo que ha convertido a Achaguas en un importante destino de peregrinación, especialmente durante los días de Semana Santa.
Se encuentra en la iglesia de Santa Bárbara de Achaguas y es una talla centenaria, que ha sido declarada Bien de Interés Cultural de la Nación tanto por sus valores históricos y artísticos, como por ser una manifestación cultural y religiosa del pueblo.
Es una imagen de 1,80 metros de altura y en su base lleva en una inscripción con relieve “José Antonio Páez”. La talla está hecha en madera de cedro y la cruz que lleva a cuestas tiene 2,70 metros en su parte más larga, 1,40 en su parte más corta y 7 centímetros de espesor.
Tradición en Achaguas
La Semana Santa en Apure adquiere una relevancia especial con la celebración en honor al Nazareno de Achaguas. El Miércoles Santo es el día central de esta veneración, cuando miles de peregrinos llegan a Achaguas movidos por su fe.
Una de las tradiciones más destacadas es la peregrinación a pie desde la capital San Fernando de Apure hasta Achaguas, un recorrido de aproximadamente 92 kilómetros. Los peregrinos, vestidos de morado en señal de penitencia, realizan este largo camino como un acto de fe y sacrificio.
El Miércoles Santo en Achaguas es animado por una serie de actividades religiosas y culturales, como la serenata al Nazareno, misas y la procesión de la imagen por las calles del pueblo.
La manifestación del Cristo de Achaguas se distingue por una serie de tradiciones y rituales específicos. La vestimenta morada que usan los devotos simboliza la penitencia y la pasión de Cristo. Muchos peregrinos cumplen promesas y realizan peticiones al Nazareno, algunos descalzos o cargando cruces.
La procesión de la imagen del Nazareno por las calles de Achaguas es un acto de fe colectiva, en el cual los devotos acompañan a la imagen del Cristo sufriente en su recorrido simbólico.
Achaguas es el destino
La celebración del Nazareno de Achaguas tiene un impacto significativo en el turismo regional. Durante la Semana Santa, Achaguas recibe miles de visitantes, lo que impulsa la economía local. Hoteles, restaurantes y comercios se benefician de la afluencia de turistas.
Eneas Perdomo le dedicó una canción a esta figura religiosa, el pasaje Semana Santa en Achaguas, el cual caracteriza al Nazareno apureño así: “¡Patrón milagroso y bueno!/ el que tienen los llaneros/ y ama tanto a su pueblo/… Del Matiyure,/ las aguas se arrodillan ante el Cristo/ y se ve lo nunca visto”.
En Apure, la Semana Santa incluye otras celebraciones religiosas, como la quema de Judas, muestra de la diversidad religiosa y cultural de la región llanera.
Con información de ÚN