En un giro alentador para la biodiversidad marina, un estudio global publicado en la revista Endangered Species Research señala que muchas poblaciones de tortugas marinas en peligro de extinción comienzan a recuperarse. La investigación, citada por Associated Press (AP), evaluó 48 poblaciones distribuidas en distintas regiones del mundo. Los científicos encontraron que en más de la mitad de los casos las amenazas que enfrentan estos animales —como la pesca incidental, la caza, la contaminación, el desarrollo costero y el cambio climático— están disminuyendo.
La recuperación, sin embargo, no es homogénea. Según publicó AP, las tortugas del Atlántico muestran una mayor capacidad de recuperación frente a sus congéneres del Pacífico, que continúan enfrentando condiciones más adversas. Las tortugas laúd, en particular, permanecen entre las especies más vulnerables, en parte por sus extensas migraciones que abarcan hasta 5.955 kilómetros en cada trayecto, lo que las expone a múltiples amenazas en distintas zonas geográficas.
“Muchas de las poblaciones de tortugas han regresado, aunque algunas no lo han hecho”, declaró el ecólogo de la Universidad de Duke, Stuart Pimm, a Associated Press. Pimm, quien no participó en el estudio, describió el caso de las tortugas marinas como una de las pocas “historias de éxito en conservación” documentadas a gran escala en los últimos años.
La recuperación varía según la especie
El análisis incluyó especies como la tortuga verde y la tortuga laúd, ambas clasificadas como en peligro por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN). Mientras las primeras muestran signos positivos en muchos lugares, las segundas enfrentan riesgos mayores. Según AP, las siete regiones donde se localizan las tortugas laúd están expuestas a altos niveles de degradación ambiental, lo que limita su recuperación.
El coautor del estudio, Bryan Wallace, ecólogo de vida silvestre en Ecolibrium (Colorado), explicó que las tortugas laúd “se desplazan a través de una amplia franja de regiones”, lo cual aumenta su exposición a peligros como redes de pesca, contaminación marina y pérdida de hábitat. Esta característica migratoria las convierte en uno de los reptiles marinos más vulnerables a nivel mundial.
En cambio, las tortugas verdes han respondido de manera más favorable a las medidas de conservación adoptadas en las últimas décadas. La investigadora de la Universidad de Stanford, Michelle María Early Capistrán, destacó en AP que estas poblaciones están “muy bien” en muchas regiones costeras de México y Estados Unidos. Según explicó, esto se debe en gran medida a la prohibición de capturas implementada en México desde 1990 y a la inclusión de la especie en la Ley de Especies en Peligro de Extinción de Estados Unidos desde 1973.
Impacto de las leyes ambientales y retos persistentes
A pesar de las señales positivas, los desafíos siguen presentes. Uno de los principales problemas es la pesca incidental, es decir, la captura no intencionada de tortugas marinas en redes dirigidas a otras especies. Este fenómeno continúa siendo una de las mayores amenazas a nivel global, según advirtió Wallace en AP. Aunque existen nuevas tecnologías diseñadas para evitar estas muertes, su adopción depende de la voluntad de las comunidades pesqueras en distintas regiones.
Las acciones de conservación han sido esenciales, pero sus efectos no fueron inmediatos. Capistrán señaló que los resultados observados en las poblaciones actuales reflejan esfuerzos iniciados hace más de tres décadas.
La protección de playas de anidación y la creación de normativas específicas han sido medidas clave para revertir la disminución de ejemplares, según informó AP. La encuesta es la primera gran actualización sobre la situación de las tortugas marinas en más de diez años; la investigación ofrece una visión integral sobre el estado actual de estos reptiles marinos en diferentes hábitats.
Con información de Infobae