Biólogos y veterinarios venezolanos están criando a bebes del cocodrilo del Orinoco, una especie amenazada, por lo que los libera en la naturaleza con el fin de prevenir, o al menos retrasar, que este animal se extinga.
El Orinoco, de color canela pálido y hocico largo y estrecho, es uno de los reptiles vivos más grandes del mundo. Su población ha disminuido durante décadas debido a la caza furtiva por su cuero, y ahora también es cazado por venezolanos que luchan por sobrevivir por su carne y huevos.
Según estimaciones de la fundación para la conservación Fudeci, quedan menos de 100 cocodrilos del Orinoco adultos en libertad en Venezuela. El hábitat natural del animal se encuentra en la cuenca del río Orinoco, que abarca la mayor parte de Venezuela y se extiende hasta Colombia.
Los científicos registran los sitios donde se sabe que los cocodrilos del Orinoco anidan y recolectan sus huevos. Más crías provienen del refugio de vida silvestre Hato Masaguaral, que alberga a ocho de estos cocodrilos, mientras que el zoológico privado Leslie Pantin, especializado en especies en peligro de extinción, cuenta con dos machos y una hembra en edad reproductiva.
Los científicos incuban los huevos en Leslie Pantin, en la ciudad de Turmero, a unos 100 km de Caracas. Una vez que los huevos eclosionan, los científicos crían a las crías durante aproximadamente un año, hasta que alcanzan un peso aproximado de 6 kg.
El 24 de abril, doscientos cocodrilos jóvenes fueron liberados en el río Capanaparo, en una zona remota del suroeste de Venezuela.
“Hay problemas de pobreza en el campo, la gente come lo que consigue”, explica Omar Hernández, biólogo y director de FUDECI (Fundación para el Desarollo de las Ciencias), quien se lamenta porque cree que es posible que en los próximos días muchas de esas crías liberadas terminen muertas por cazadores furtivos que comercializan su piel o simplemente por la necesidad de comer.
Sobre el caimán llanero en Colombia
De acuerdo con laWCS, los cocodrilos del Orinoco, también conocidos como caimanes llaneros, son una especie en peligro de extinción que habita principalmente en la cuenca del río Orinoco, abarcando territorios de Colombia y Venezuela. Esta especie, científicamente denominada Crocodylus intermedius, es uno de los reptiles más grandes de América, pudiendo alcanzar hasta 7 metros de largo en casos excepcionales, aunque lo común es que midan alrededor de 4 a 5 metros.
Su hábitat se extiende principalmente a lo largo de los ríos, caños y morichales de la llanura del Orinoco, adaptándose a una amplia variedad de ambientes acuáticos. No obstante, su población ha decrecido drásticamente debido a la caza furtiva, motivada por la obtención de su piel que es altamente valorada en el mercado negro, así como la destrucción de su hábitat natural.
El Gobierno nacional, junto con diversas organizaciones internacionales, ha implementado programas de conservación y reproducción en cautiverio para procurar la subsistencia de la especie. Estos programas incluyen la protección de áreas naturales, la cría de cocodrilos en condiciones controladas para su posterior liberación en su hábitat natural, y la educación y sensibilización de las comunidades locales sobre la importancia de preservar al cocodrilo del Orinoco.
A pesar de los esfuerzos, los cocodrilos del Orinoco continúan enfrentando grandes desafíos para su supervivencia, incluyendo la continua pérdida de su hábitat y las amenazas directas por actividades humanas. La conservación de esta especie es crítica no solo por su valor ecológico, sino también por su importancia en el mantenimiento de la biodiversidad y el equilibrio de los ecosistemas acuáticos en los que habita.
Con información de Sumarium