Cada vez más niños y adolescentes manifiestan su intención de dejar el deporte que practican, incluso después de años de participación activa. Este fenómeno, que genera inquietud en familias y entrenadores, es observado con atención por especialistas en salud, educación y desarrollo infantil.
Diversos estudios advirtieron que el abandono deportivo en etapas tempranas no solo reduce los niveles de actividad física, sino que también afecta aspectos emocionales, sociales y cognitivos clave para el crecimiento.
De acuerdo con The Times, los deportes de equipo cumplen un rol esencial en la infancia y adolescencia al fomentar la autoestima, la resiliencia y el sentido de pertenencia.
Acompañar esta etapa con herramientas adecuadas puede marcar la diferencia entre una desconexión definitiva o una nueva forma de vincularse con la actividad física.
Beneficios integrales de los deportes de equipo
Según un análisis publicado en The Times, los beneficios de los deportes de equipo superan el mero ejercicio físico. Estudios realizados en el Reino Unido alertan sobre una creciente crisis de alfabetización física entre niños y adolescentes, marcada por una disminución en los niveles de actividad y una desconexión emocional con el deporte.
Nick Pontefract, director de estrategia de Sport England, advirtió que el abandono deportivo en estas edades puede acarrear consecuencias significativas.
Actividad física insuficiente y brechas de género
Una encuesta de Sport England reveló que menos de la mitad de los niños entre cinco y quince años cumplen con la hora diaria de actividad física recomendada por el director médico de Inglaterra.
La situación se agrava en contextos de menores recursos, donde la inactividad es más alta. Además, un informe reciente del Youth Sport Trust expuso que el disfrute de las niñas en clases de educación física disminuye drásticamente a lo largo de su vida escolar.
En 2019, Sport England registró una baja alarmante en la condición física de las niñas tras finalizar la primaria. Esta tendencia indicó que no solo realizan menos ejercicio, sino que también pierden el interés y el vínculo positivo con el deporte antes que los varones.
Impacto en la salud mental y el rendimiento académico
Pontefract subrayó que los beneficios del ejercicio físico incluyen también la salud mental: “Los niños que se mantienen activos regularmente son más felices, más resilientes y tienen una mayor autoestima”, declaró a The Times.
Una investigación realizada por Sport England en colaboración con la Universidad Edge Hill evidenció que mantener una rutina regular de actividad física contribuye a reducir síntomas de depresión, ansiedad y soledad en adolescentes.
A su vez, la Universidad de Edimburgo vinculó el ejercicio moderado y sostenido a los once años con una menor prevalencia de hiperactividad, conductas problemáticas y comportamientos disruptivos durante la adolescencia.
Desde el plano académico, una investigación publicada en el British Journal of Sports Medicine evidenció que una sola sesión de ejercicio moderado mejora la función cerebral, la cognición y el rendimiento escolar.
Los deportes de equipo también potencian habilidades como la cooperación y la resolución de conflictos. En 2023, neurocientíficos de la Universidad de Finlandia Oriental concluyeron que los niños que practican deportes grupales desarrollan mejores capacidades de razonamiento y pensamiento lógico.
Comprender las razones detrás del abandono
Chris Sharman, fundador de Kidztivity, especialistas en actividades infantiles, señaló que el abandono deportivo durante la adolescencia representa un problema importante.
Antes de aceptar la decisión de un hijo, recomendó comprender sus razones: ¿el equipo es demasiado competitivo?, ¿no se sienten valorados?, ¿les cuesta empezar el día temprano? En lugar de renunciar, propuso explorar otras opciones, como cambiar de disciplina o sumarse a equipos con menor presión.
Sharman compartió su experiencia personal: dejó el fútbol americano a los catorce años porque no se sentía competente y no lo elegían. Optó por el tenis, donde sentía menos presión grupal. Años más tarde, regresó al deporte como entrenador.
Nuevas opciones y deportes alternativos
No todos los niños se sienten cómodos en disciplinas tradicionales como fútbol o rugby. Pontefract remarcó que no es necesario practicar deportes de equipo competitivos para obtener beneficios. Existen alternativas como ciclismo, atletismo, yoga o artes marciales, adecuadas para niños introvertidos o con ansiedad.
Sharman destacó el auge de disciplinas como la escalada en interiores, popularizadas tras los Juegos Olímpicos de 2024. Centros como el London Climbing Centre ofrecen clases y clubes juveniles. También ganaron terreno los circuitos tipo Ninja Warrior, que incluyen obstáculos para mejorar fuerza, coordinación y equilibrio.
Rol de la familia y motivación adecuada
Sharman enfatizó que los padres deben ser modelos activos para sus hijos. Pontefract concluyó que la clave para mantener a los niños activos es la diversión, sobre todo en una etapa donde el deporte compite con videojuegos y redes sociales.
Si el ejercicio se vive como una obligación o una forma de no decepcionar a los padres, su impacto se reduce. También aconsejó evitar decisiones impulsivas tras una mala experiencia: “En lugar de abandonar, hay que darles un poco de tiempo para que procesen las cosas”.
Con información de Infobae