El economista y presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas (Ance), Leonardo Vera, señaló que lo que ha venido pasando con el mercado cambiario en el país «es crónica anunciada hace ya tiempo por algunos analistas».
Asimismo, indicó en sus redes sociales que ya no es contenible la paridad oficial de 36 bolívares por dólar, por lo que «ahora vamos hacia un esquema no anunciado». «Las autoridades gubernamentales han estado tratando de contener la inflación anclando el tipo de cambio, lo cual no está mal del todo, si el programa fuera más integral. Es decir, hacen falta otras cosas y otro enfoque en el anclaje», sumó.
Vera manifestó que el anclaje se mantuvo tratando de contener las presiones de demanda y buscando montar un sistema por el lado de la oferta de tipo flujo-flujo.
Sin embargo, acotó que, para contender las presiones de demanda, «contuvieron el gasto público y la liquidez bancaria congelando salarios, pensiones y la inversión pública, y paralizando el crédito».
«Lo del gasto público puedes hacerlo por un tiempo, pero los déficit y tensiones sociales se van acumulando. El crédito bancario fue paralizado con un encaje legal sobre los bancos en niveles absurdos. Para tener una idea, entre los más altos en el mundo están Nigeria 45%, Moldavia 29% y Turquía 25%. En Venezuela es 73%. Es tan alto que los bancos prefieren incumplir y pagar la multa», enfatizó.
El economista venezolano apuntó que el tipo de cambio estuvo por un año entre 35 y 36 bolívares por dólar, y la tasa de inflación bajó, «pero no rápidamente y tampoco a los niveles más requeridos. Así que el tipo de cambio se fue apreciando».
«Por el lado de la oferta, con los bajísimos niveles de reservas líquidas que tiene el Banco Central de Venezuela (BCV), el sistema consistió en tomar los flujos que van llegando por exportaciones de hidrocarburos y lanzarlos al mercado», refirió.
En ese sentido, explicó que hay 3 mercados: «uno llamado ‘intervención’, donde llegan recursos del BCV para los clientes gordos; otro en las mesas de cambio donde actúan los bancos con lo que consiguen, y lo que queda va al tercer mercado de menudeo».
«Esa microestructura de tres mercados segmentados e incomunicados es un mal diseño. A esto se une una oferta de divisas que depende críticamente de un oferente. Así que podemos todos vislumbrar la vulnerabilidad de tal esquema», indicó.
Anclaje del tipo de cambio
El también profesor universitario destacó que las autoridades en materia económica anclaron en aquel entonces el tipo de cambio en niveles muy bajos: «así que con un poco de inflación acumulada todo lo importado comienza a lucir barato y comprar dólares también. Eso es lo que nuestros colegas argentinos han llamado ‘atraso cambiario’».
«Cuando decimos anclaron, no es como se enseña en la teoría y en los libros de texto. Allí, en las sagradas escrituras, la autoridad monetaria decide intervenir con un volumen preciso (calibrado) que hace formar el precio en el nivel deseado. Aquí no», resaltó.
Igualmente, expresó que la autoridad monetaria vende un monto fijo en cada jornada, que puede o no adaptarse a la demanda y «le dice a los bancos a qué precio comprar y a qué precio vender las divisas. Eso explica cabalmente la existencia de un paralelo».
Las tres opciones
Leonardo Vera ofreció 3 opciones para estabilizar la brecha que existe entre el tipo de cambio oficial y el llamado «paralelo».
A continuación, las 3 opciones:
1.- Reconocer la brecha e irse a un tipo de cambio real más competitivo haciendo de una el ajuste (incluso algo por encima). Esa devaluación, genera un ajuste brusco en los precios, pero que se absorbe rápido. A ese tipo de cambio de mercado no tendrías que hacer intervenciones como la de hoy (de 180 millones de dólares), puedes atender el mercado, e incluso acumular ciertas reservas que mucha falta hacen para generar credibilidad en la paridad que puede ser en adelante administrada.
2.- Hacer un ajuste gradual (que es lo que parece venir) que nos llevaría a escenarios inflacionarios mucho más prolongados, aunque con tasas quizás más bajas. Digo «quizás», porque hay un juego de expectativas cuando los agentes económicos no ven sostenible el esquema.
3.- La tercera opción (la menos deseable) es que las autoridades se empecinen en mantener la ficticia paridad actual y para ello tengan que comenzar a racionar las divisas. Eso es casi que volver al control de cambios y es combustible para el paralelo.
El presidente de la Academia Nacional de Ciencias Económicas recalcó que hay mucho que hacer para construir «un régimen cambiario que le sirva al país», puesto que «ese régimen deber ser dinámico y transicionar de un objetivo inflacionario hacía uno de crecimiento».
Con información de Banca y Negocios