Hace más de cuatro años comenzó la lucha de Gloriana Rosales, una proteccionista de gatos en situación de calle. Dice que después de la pandemia comenzó un abandono masivo de felinos en las inmediaciones del antiguo retén de Bella Vista por lo que ella, amante de la especie, no pudo hacerse la vista gorda y comenzó a cuidarlos.
Gloriana, habitante de la parroquia Santa Lucia, va tres veces al día hasta el antiguo retén para alimentarlos, cambiarles el agua y curar a los que están enfermos. Se apoya con varias organizaciones para hacer desparasitación, vacunación y esterilización de su manada, que ya alcanza 90 gatos, pero reconoce que su trabajo es estéril ante la falta de conciencia ciudadana.
“De nada sirve que yo los cuide y los esterilice para darlos en adopción si a diario me dejan cajas con 10 y 15 gatos bebés abandonados aquí. Están enfermos de los ojos y no hay como alimentarlos a todos”, dijo mientras les servía un poco de gatarina que logró comprar gracias al aporte que le hacen sus hijos desde el exterior.
La mujer de 50 años hizo énfasis en la necesidad de hacer una jornada masiva de esterilización felina en la ciudad y la vigilancia permanente de los cuerpos de seguridad en el lugar para evitar que más personas dejen abandonadas a las crías de sus mascotas domésticas.
“El llamado es a la responsabilidad, esto no es un refugio para ellos, están aquí porque los abandonan. La idea no es deshacerse del animal, sino controlar la sobrepoblación y eso se hace cuando la gente es responsable del animal que tienen en casa esterilizándolo”, dijo.
La señora de los gatos
Ana Román de 73 años es la cuidadora más ferviente de esta manada. Pasa el día entero con ellos para evitar que sean atropellados o salgan del perímetro. Gloriana explicó que Ana también necesita ayuda porque vive en condiciones de pobreza extrema en un cuarto sin techo al fondo del retén.
Vengo todas las mañanas y me voy en la tarde, necesitamos ayuda porque ellos no merecen vivir así. Todos los grandes están esterilizados, pero los pequeños no. Yo los amo, por eso los cuido tanto”, dijo la mujer mientras acariciaba una cría que dejaron por la mañana.
La familia que ha cobijado a Ana desde hace más de 30 años confirmó la atención que necesita la adulta mayor.
“Ella vive en un cuatro sin techo, es lo que le podemos ofrecer porque no tenemos para más. Por eso pedimos que la ayuden al menos a ponerle techo a su cuarto y le hagan un baño, porque ella todo lo hace ahí, es una situación difícil”, dijo Ramona Padilla de 86 años.
Un problema de salud pública
El olor a orina y heces es casi insoportable en el retén de Bella Vista, incluso hay gatos que han muerto dentro de las instalaciones y como las cuidadoras no tienen acceso, se descomponen. La proliferación de moscas causa enfermedades a la manada. Pero esta no es la única manada, la cuidadora asegura que también hay en plazas y debajo de los puentes, en total estima que hay unos 200 gatos ferales.
“Esto es un problema de salud pública. Yo he dado muchos en adopción, pero así como doy y esterilizo, así mismo me llegan todos los días. Los bebés generalmente se mueren porque los dejan tan pequeños que no aguantan. Esto que la gente está haciendo es un crimen, es maldad pura”, criticó Gloriana.
Retén abandonado
El hoy conocido como Retén de Bella Vista fue la Cárcel Pública de Maracaibo inaugurada en 1894. El 15 de junio de 2017, el entonces gobernador del estado Zulia, Francisco Javier Arias Cárdenas, dirigió trabajos de reacondicionamiento del lugar y anunció que luego sería la sede de la policía turística del estado.
La recuperación de este espacio, ícono de la cultura zuliana, estaba enmarcado dentro de “un plan extraordinario de recuperación y reordenamiento del casco central de Maracaibo”, declarado Zona de Interés Turístico Nacional en el año 2013. El cronograma de ejecución de la obra fue planteado por el Centro Rafael Urdaneta (CRU), que hasta la fecha es responsable de la antigua cárcel.
Crónica.Uno pidió hablar con el actual presidente del CRU, Alfredo Márquez, pero este no respondió a la solicitud de entrevista.
Responsabilidad común
María Gabriela Retamosa, presidenta del Instituto de Protección Animal de la Alcaldía de Maracaibo (Impa), dijo que su despacho está al tanto de la situación que hay con los animales ferales en el retén de Bella Vista.
“Ahí tenemos un tema de conciencia ciudadana. Valoramos el trabajo de Gloriana porque ella se ha apoyado con nosotros para hacer esterilización y adopción de los gatos, pero mientras la gente no entienda que ese lugar no es un refugio, poco podemos hacer para mejorar la situación”, dijo la médico veterinario.
Para Retamosa es sumamente importante que la colectividad no criminalice la acción de los rescatistas, alimentadores y proteccionistas de manadas ferales comunitarias.
“Estas personas cumplen un papel importante en la sociedad, no es un acto que hay que criminalizar, sino más bien enseñarle a la gente su función y la importancia que tienen. El problema es la comunidad que sigue dejando abandonados a los gatos”.
La veterinaria hizo énfasis en la esterilización como la única solución para disminuir las manadas de calle y recordó que en Plaza Para Todos, sede del Impa, pueden ir a operar a sus mascotas a muy bajo precio, para así contribuir a mantener el orden en la ciudad.
La gente que comete estos actos de abandono le generan un problema a la ciudad porque afectan a las comunidades cercanas por la sobrepoblación de felinos”, dijo.
Esta semana un ciudadano del norte de Maracaibo denunció a través de las redes sociales el exterminio de una manada que él alimentaba. Esta situación no es nueva, puesto que varios rescatistas han denunciado por la misma vía casos similares.
Retamosa dijo: “Cuando los animales están donde no deben, alteran el ecosistema, pero si tenemos una zona donde hay manadas ferales la mejor manera es esterilizarlos y buscarles un hogar, no exterminarlos. Matar un gato es un crimen y es condenable totalmente”.
Un foco que hay que atender
La presidenta del Impa insistió en que los alimentadores no son los que generan un foco que atenta contra la salud pública por alimentar a sus manadas. “Ellos no son culpables de que la gente abandone a los gatos”, al tiempo que reconoció que la manada del retén es un foco de riesgo porque no está controlada y no por falta de atención, sino por el abandono masivo de los felinos.
También aseguró que la Red de Apoyo Canino (RAC) hace jornadas de esterilización para gatos en situación de calle en la parroquia Bolívar y Santa Lucía, aledañas al retén, para bajar el nivel de población felina, pero tienen registro de personas que llegan de otros municipios a dejar crías y adultos en el lugar.
“Realmente no hay ningún plan para intervenir el retén. ¿Para donde nos vamos a llevar 90 gatos? Hemos entablado conversaciones con la gobernación y el CRU, ellos también están preocupados porque es un espacio que se ha vandalizado. Sé que están planeando poner una comisión de la policía regional en el lugar, pero el trabajo de reubicación llevará mucho tiempo”, finalizó la veterinaria.
Gloriana, por su parte, continúa con su lucha y ofrece ayuda: “Yo les hago el favor de llevarlos para que los operen y se los devuelvo a su casa totalmente gratis, pero entiendan que dejarlos en la calle no es la solución”.
Este 16 de julio habrá una jornada gratuita de esterilización en casa de Gloriana gracias al apoyo de Misión Nevado con 120 cupos. También, si alguien quiere adoptar a alguno de estos felinos puede contactar a la rescatista a través de su cuenta de Instagram @Gatosensituaciondecalle.
Con información de Crónica Uno