Nuestra alimentación juega un papel crucial en la regulación de nuestro ciclo de sueño-vigilia. Algunos alimentos pueden estimular nuestro sistema nervioso central, dificultando la relajación y el inicio del sueño. Otros pueden causar problemas digestivos que nos mantienen despiertos durante la noche.
Un buen descanso es esencial para nuestra salud y bienestar. Sin embargo, a menudo subestimamos el impacto que nuestra alimentación tiene en la calidad de nuestro sueño. La Dra. Cheri Mah, una reconocida experta en medicina del sueño, ha destacado algunos alimentos que pueden interferir con nuestro descanso nocturno.
En resumen, lo que hay que evitar antes de irse a la cama es el alcohol, la cafeína, los alimentos fritos, los carbohidratos azucarados y los alimentos a base de tomate, porque pueden provocar reflujo ácido.
«Lo que comemos puede afectar nuestro sueño… las etapas de nuestro sueño o cómo dormimos durante la noche, algunos de los estudios más pequeños mostraron que lo que comemos puede afectar el tener más despertares durante la noche, afectando la calidad de nuestro sueño», dijo Mah en el podcast.
«Creo que estamos empezando a entender la conexión entre lo que comemos y cómo nuestro intestino responde a eso, y luego cómo eso potencialmente puede afectar nuestro sueño y, en última instancia, nuestro funcionamiento diurno al día siguiente», prosigue.
«Pero sí reconocemos, a partir de estudios sobre la privación del sueño, que las personas toman decisiones nutricionales diferentes y comen galletas y helado más tarde en la noche que si estuvieran bien descansadas», añade la experta.
Con información de 800Noticias