Arnold Schwarzenegger fue operado del corazón para implantarle un marcapasos

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El actor Arnold Schwarzenegger (76) vive un presente muy delicado en lo que a su salud se refiere. Una situación que ha preocupado a sus millones de fans de todo el mundo. El propio actor ha sido el encargado de informar a sus seguidores a través de su podcast Arnold’s Pump Club que estaba obligado a tomarse «un descanso del gimnasio» después de pasar por quirófano y ser intervenido a corazón abierto

«El lunes pasado me operaron para convertirme en un poco más una máquina, como Terminator: me puse un marcapasos», informaba aplicando su particular sentido del humor.

Tras la operación, que tuvo lugar el pasado 18 de marzo, como el propio protagonista relataba, Schwarzenegger experimentaba una notable recuperación en tiempo récord que daba a conocer a sus seguidores con el fin de quitar hierro al asunto.

«Me operaron el lunes y el viernes ya estaba en un gran evento ambiental con mi amiga y compañera defensora del fitness Jane Fonda. Por cierto, cuando hablamos de que el ejercicio es la única píldora mágica para frenar el envejecimiento, mira a Jane ¡Ella es diez años mayor que yo y este año cumplirá 87!».

«Quiero agradecer a todo mi equipo de la Clínica Cleveland. Todos los médicos y enfermeras me cuidaron de maravilla e hicieron que la cirugía fuera lo menos dolorosa posible», ha dicho también el intérprete.

Esta última intervención a la que ha sido sometido el protagonista de películas como Terminator o Mentiras arriesgadas se suma a un pasado tocado por los problemas del corazón que el propio Arnold detallaba a sus oyentes. «Así es la vida con un problema genético del corazón. Pero no me oirás quejarme».

En el año 2020, el artista pasó por quirófano en Cleveland para reemplazarle la válvula aórtica. Un proceso que se sumaba a la nueva válvula pulmonar que le había insertada en abril de 2018 en Los Ángeles. Un delicado historial médico se abría años antes, en 1997, cuando se sometió a una cirugía cardíaca electiva para reemplazar una válvula cardíaca aórtica congénita defectuosa.

Celoso de su vida privada y no acostumbrado a dar explicaciones acerca de su salud, Arnold explicaba por qué esta vez ha hecho una excepción y ha contado lo que le ha ocurrido.

«El hecho de contarles esto a todos ustedes va en contra de gran parte de mi educación en Austria, donde nadie, nunca, hablaba de cuestiones médicas. He recibido muchos mensajes y correos electrónicos de personas que nacieron con una válvula aórtica bicúspide, como yo, diciéndome que hablar sobre mis cirugías de reemplazo de válvula les ha dado valor y esperanza para afrontar las suyas».

Un revulsivo que ha provocado que a diferencia de su modus operandi en el pasado, no haya tenido ahora inconveniente en compartir sin tapujos a sus 76 años los aspectos más íntimos de su verdadero estado de salud.

Vía: Agencias